El 5 de agosto del 2012, una nena de 6 años y su hermano de 4 murieron asfixiados y quemados dentro de una pieza en una casa del barrio Neuquén, Rawson. Su papá Ariel Alejandro Herrera, que es separado, los había dejado encerrado a los chicos para ir a una fiesta de cumpleaños.