�En el 2010 los vecinos del barrio Campodónico unieron esfuerzos para levantar la primera obra que tuvo como fin destacar la cultura y el valor de la música. Fue el monumento al músico polaco Frederik Chopin. Consistió en un piano de cemento con una placa alegórica que se instaló sobre la calle que lleva el nombre de este artista, ya que todas las calles de este vecindario llevan el nombre de músicos célebres, también por una propuesta vecinal. El monumento fue diseñado por una arquitecta, exvecina del barrio, que hizo este trabajo de manera gratuita para colaborar. En tanto que los vecinos se encargaron de reunir dinero para comprar los materiales y pagar la mano de obra.
La obra fue inaugurada el 27 de noviembre.