En el ciclismo superprofesionalizado suelen darse casos como el que ocurrió en la tercera etapa del Tour, cuando el pelotón -incluido Contador- paró su ritmo para esperar a los hermanos Frank y Andy Schleck que habían sufrido una rodada. “Fair play” en su expresión mayúscula. Lo que le ocurrió ayer al menor de los Schleck, que le hizo perder su malla de líder es consecuencia propia de la carrera. Gajes del oficio. Sólo Contador, Menchov y Sánchez saben si atacaron cuando se le salió la cadena o antes. Lo cierto es que en este negocio enorme, que es el deporte profesional, hay circunstancias como las de ayer donde vale todo. Además, que se rompa el material es parte de la carrera.

Por Fabio Garbi