Para algunos, puede ser simplemente un problema estético. Para la mayoría, un defecto en la forma de morder que además les impide hablar bien y que en ocasiones, causa dolor. Cualquiera sea la motivación, las personas que tienen alguna alteración en la mandíbula o los maxilares y que antes eran derivados a centros de cirugía en otras provincias, ahora podrán operarse en el hospital Rawson. La intervención, que se denomina cirugía ortognática y que incluye un tratamiento de ortodoncia previo y post quirúrgico, tiene un costo en el mercado que arranca en los 30.000 pesos, en concepto de honorarios, internación y otros gastos. Pero en el Rawson será totalmente gratuita.
"Los pacientes consultan porque muerden mal, pero no saben que el problema no está en los dientes, sino en huesos como la mandíbula o el mentón", explicó Santiago Molina Mrad, odontólogo especialista en este tipo de cirugías. "Hay distintos grados: leves, moderados y graves. En el primer caso, son alteraciones que no se notan demasiado, pero que no se corrigen puramente con ortodoncia. En el segundo caso el paciente se da cuenta, porque tiene la mandíbula para un costado o muy salida hacia afuera, por ejemplo. Y las graves son parte de síndromes, como por ejemplo, pacientes con fisura en el paladar cuyo hueso no pudo crecer bien y quedó chico. Todos se pueden operar acá en San Juan", explicó el cirujano.
Las cirugías ortognáticas requieren de un largo tiempo de preparación con ortodoncia (que también se puede realizar en instituciones públicas, como el Instituto Odontológico) y otro post operatorio, también con ortodoncia. "En general, el período previo va de los 6 a los 12 meses. En San Juan ya hay unos 20 pacientes atravesando por esta etapa y las primeras cirugías están programadas para los meses de diciembre y enero próximo", dijo Molina Mrad.
Las instalaciones del Hospital Rawson son perfectamente aptas para estas intervenciones, que requieren de un quirófano común. Molina aclaró que "lo que sí se requiere es que el anestesista tenga un entrenamiento para cirugía maxilofacial, para evitar los sangrados excesivos, porque se trabaja mucho en el maxilar". En cuanto al instrumental específico, todavía no existe en el hospital Rawson, pero se puede solicitar para que esté disponible.
"Por una cuestión étnica -recalcó el profesional-, en Latinoamérica hay muchos casos de personas con este tipo de deformidades, con igual incidencia en hombres que en mujeres. El período de internación es de 2 a 3 días, depende de la complejidad. Generalmente las operaciones son bimaxilares (se interviene mandíbula y maxilar juntos), y mientras más huesos se operen, más reposo tendrá que hacer, con dieta líquida durante 15 días".
"La tendencia en cuanto a edades para deformaciones de la mandíbula y el maxilar -dijo el cirujano- es operar cuando terminó el crecimiento, es decir a partir de los 17 o 18 años. Pero cuando hay deformidades severas, se pueden operar a los 12 o 13 años, más que nada por una cuestión psicológica".
Como la cirugía se hace por dentro de la boca, no quedan cicatrices. "Esa es otra ventaja para el paciente: que al no quedar marcas, la recuperación es menos traumática", concluyó Santiago Molina.

