Sólo 3,6 grados de temperatura. Sin un rayo de Sol y con un viento muy frío del sector Sur. Las únicas que parecieron no estar afectadas por el clima fueron las chicas que debutaron en fútbol, vóley y hockey sobre césped. Se encargaron de calentar el ambiente tanto dentro como fuera de la cancha. Adentro, por la pasión con que defendieron cada pelota, pateando sin necesidad y más de una vez a las contrincantes, provocando la furia del resto. Afuera, por sus figuras esculturales que atrajeron a los varones que también llegaron para competir. Pero que, como los integrantes del equipo cordobés de fútbol, no hicieron el precalentamiento, todo por mirar a las chicas. El DT los tuvo que retar a los gritos para que se fueran a cambiar y comenzaran a precalentar. Faltaban sólo 5 minutos para que comenzara su partido, y ellos seguían mirando a las futboleras de Córdoba y San Juan. Esto sucedió durante el primer día de competencia de las XVII Olimpiadas Nacionales de Universidades Católicas Argentinas, que desde ayer se llevan a cabo en la Universidad Católica de Cuyo.

"Eh, ¿te pusiste los calzones grandotes que usas de cábala?". Esta pregunta de una de las delanteras del equipo de fútbol cordobés despertó la curiosidad de los varones que pasaban por el costado de la cancha. Eran los voleybolistas de Santa Fe, que decidieron quedarse en el lugar para ver jugar a las chicas. Y con total imparcialidad. Hincharon igual tanto para las cordobesas como para las sanjuaninas, aunque en determinados momentos se mostraron más a favor de las locales. Cuando la número 5 del equipo sanjuanino se lesionó el cuello al intentar cabecear la pelota, todos los espectadores se ofrecieron para hacerle masajes y ponerle crema. El mismo ofrecimiento hicieron los chicos de Paraná cuando una de las voleybolistas de Santa Fe recibió un pelotazo en la cara.

"Si estuviéramos en el mismo hotel, yo la cuidaría para que se ponga bien para el próximo partido -dijo con voz romántica uno de los chicos, provocando la risa de los demás-. Lástima que no quieren que durmamos cerca de las chicas". Los organizadores de las olimpiadas dijeron que, justamente para evitar picardías e inconvenientes, se decidió que los hoteles y apart hoteles elegidos no fueran los mismos para ellos que para ellas.

La vestimenta fue lo único que diferenció a los deportistas de las diferentes universidades que llegaron a competir en las olimpiadas. El entusiasmo, el profesionalismo y el compañerismo fue lo común. A pesar del frío, los equipos que ya habían competido se quedaron alentado a los demás. Es que los jóvenes viajaron sólo con los entrenadores, por lo tanto no hubo familiares ni amigos en la hinchada.