Hace más de 8 años, el municipio de Capital puso en vigencia una ordenanza que prohíbe la venta de todo tipo de medicamentos en cualquier lugar que no sea una farmacia. Pero, pese a esta prohibición, la comercialización prolifera. Tras un relevamiento que realizó este diario se determinó que el 80% de kioscos y almacenes venden remedios, pese a ser ilegal. Y que la venta se realiza a escondidas y casi sin control, según contaron los propios comerciantes desde el anonimato.

Tras la reglamentación de la ley nacional 27.680 que prohíbe la venta de antibióticos sin prescripción médica, referentes del Colegio Farmacéutico y de la Asociación Propietarios de Farmacia dijeron que van a plantear ante el Ministerio de Salud de San Juan que se prohíba por ley en toda la provincia la venta de medicamentos en lugares que no sean farmacias, como lo hizo Capital. Aunque esta ordenanza casi no se respeta.

Un relevamiento entre 20 kioscos y almacenes ubicados en el centro y fuera de las 4 avenidas principales de la Ciudad arrojó como resultado que el 80% de estos negocios (16 de los 20) venden remedios, pese a ser una actividad ilegal.

Todos los comerciantes que participaron del relevamiento tienen los medicamentos fuera de la vista de los clientes como precaución. Y demoran unos instantes en responder cuando alguien desconocido les pregunta si venden analgésicos. Es que la mayoría sólo les venden a sus vecinos y conocidos. "Sé que hay una ordenanza que prohíbe que vendamos remedios en los kioscos, pero lo hago porque la gente lo pide por varias razones. La principal es una cuestión de costos, porque en las farmacias no te venden una Buscapina por unidad, sino por tira, por ejemplo. El precio es de 1.500 pesos la tira cuando el valor de la unidad en los kioscos varía entre 120 y 150 pesos. Y la gente tiene la posibilidad de llevarse una o dos para superar el malestar", dijo María, una de las kiosqueras consultadas para esta nota.

Por su parte, Jorge, otro de los comerciantes, sostuvo que "no le hace mal a nadie" con la venta de medicamentos, ya que sólo comercializa los que se consume para malestares leves como dolor de cabeza, de estómago y de muelas, aunque los clientes le piden hasta antibióticos. "A veces dejo una tira de algún antibiótico genérico, pero de 500 miligramos que es el más común. Lo hago porque los clientes lo toman mientras esperan conseguir turno con el médico, cosa que suele demorar bastante. Nunca vendería un remedio que pueda hacerle mal a alguien", dijo el almacenero.

En una nota anterior publicada por este medio, Mauricio Barceló, presidente del Colegio Farmacéutico de San Juan, sostuvo que es peligroso que la gente compre medicamentos en cualquier lugar que no sea una farmacia y sin el asesoramiento de un entendido en el tema y sin conocer la procedencia, condiciones de conservación y vencimiento de los mismos. Pero los almaceneros y kiosqueros afirmaron que realizan una venta responsable. "Yo estoy atenta con la fecha de vencimiento de los remedios tal como lo hago con la de los alimentos. Además, nunca se me van a vencer porque yo no dejo cajas, sino tiras para ir renovando el stock todas las semanas. Además, respeto todas las recomendaciones de conservación porque mi objetivo es brindarle un servicio necesario a la gente y no hacerle un mal. Ni siquiera se trata de aumentar considerablemente la recaudación porque la venta de remedios deja una ganancia mínima", sostuvo Laura, otra kiosquera.

La mayoría de los comerciantes relevados coincidió en que nunca recibieron en sus locales la visita de un inspector para controlar la venta clandestina de medicamentos. Sólo uno de ellos, que tiene su almacén en pleno centro, dijo que sólo una vez lo visitó un inspector, pero que no fue sancionado. "Le mostré que lo que vendo son los medicamentos de venta libre, no alguno que necesite receta. Entonces me dijo que estaba todo bien y se fue. Después nunca más recibí una inspección", sostuvo el almacenero.

Ante esta situación, DIARIO DE CUYO quiso conocer sobre los procedimientos de inspección que realiza el municipio de Capital para controlar la venta clandestina de medicamentos en kioscos y almacenes, pero no respondieron las llamadas.

 

La procedencia

Los kiosqueros y almaceneros consultados dijeron que los medicamentos los adquieren por dos vías. Una es a través de repartidores que llegan hasta sus locales para ofrecérselos y, la otra, es la compra directa que realizan en algunas distribuidoras de cigarrillos.