Toda obra de construcción es catalogada de alto riesgo, tanto la que se realiza en altura como en profundidad por lo que se requiere medidas de seguridad. Pero no siempre se cumplen. Es lo que dijeron desde la Subsecretaría de Trabajo y afirmaron que la falta de arnés es la infracción más frecuente que detectan durante los operativos de control. El dato surgió tras la muerte de Luis Álvarez, que perdió la vida el lunes pasado en Jáchal, luego de quedar enterrado por un derrumbe en una zanja de cloacas. Según fuentes policiales, el joven tenía puesto el arnés pero no lo estaba usando cómo es debido.

Walter Escudero, jefe de inspectores de la Subsecretaría de Trabajo, dijo que se realizan 250 inspecciones en obras en construcción por mes y que la falta que se detecta con mayor frecuencia es la falta de arnés o mal puesto.

“Muchas veces esta infracción es cometida por los propios obreros y por falta de conciencia. Algunos se colocan el arnés a la cintura, pero no lo sujetan a un punto fijo porque les incomoda. Otros directamente ni se lo colocan. Por eso, durante los controles también trabajamos en la concientización sobre la importancia de respetar las medidas de seguridad. Entendemos que esto no sucedió en la obra de Jáchal que se cobró una vida’, dijo el funcionario.

El subsecretario de la UOCRA (Unión Obreros de la Construcción de la República Argentina), Alberto Tobares, agregó que las obras que implican trabajar dentro de una zanja son las más propensas de generar accidentes por sus características de alto riesgo. Y coincidió que muchas veces son los propios obreros quienes deciden no usar el arnés o el casco por la incomodidad que les genera.

Para que una obra de este tipo no ponga en riesgo la vida de los operarios se deben respetar las siguientes consignas, según explicó Fernando Ríos, técnico en Seguridad e Higiene: la zanja debe cavarse en forma inclinada para evitar desmoronamientos. El operario debe ingresar a la misma con casco y un arnés atado a la cintura y sujeto a un punto fijo fuera de la excavación para que la cuerda no se hunda en caso de derrumbe. Se debe apuntalar con maderas el interior de la zanja para evitar desprendimientos o derrumbe. Debe haber al menos 2 obreros trabajando al mismo tiempo, uno que ingrese a la excavación y otro que quede parado a la orilla de la misma monitoreando que no ocurra un imprevisto y manteniendo el contacto con el compañero que descendió. Según fuentes policiales, estas tres últimas medidas de seguridad no se cumplieron en la obra de Jáchal que le costó la vida a Luis Álvarez, el lunes pasado. Quedó atrapado por un derrumbe. Un compañero intentó rescatarlo con una retoexcavadora y sin querer, lo decapitó. El muchacho murió por asfixia según fuentes policiales.