Gabriela Aguirre había cumplido 39 semanas de embarazo cuando fue por primera vez al Hospital Rawson porque sentía que su bebé iba a nacer, el jueves pasado. Sin embargo, la internaron 4 días después. Eso cuentan sus familiares, quienes aseguran que ella pidió varias veces que le hicieran la cesárea que tenía programada pero los médicos le dijeron que no era el momento. Finalmente, el lunes se quedó en el hospital donde, tras hacerle una ecografía, le dieron la peor noticia: la beba había fallecido. Ahora, la familia culpa a los médicos y dice que lo más les duele es que les entregaron la beba en un recipiente de plástico. El caso generó polémica y se suma al de Paola Miranda, la mamá que también asegura que su hija falleció antes de nacer porque no la atendieron a tiempo y que salió a la luz el 10 de mayo pasado. Este diario intentó hablar con el Director, el Jefe Técnico y el encargado de Maternidad del hospital, pero no tuvo respuestas.

Ayer, entre lágrimas y sosteniendo una celular con la foto del cuerpo de su sobrina, Fanny Aguirre, hermana de Gabriela, contó que “ella se atendió todo el embarazo en el centro de salud cercano a su casa y el médico le dijo que tendrían que hacerle cesárea porque así nació su primera hija -que tiene 2 años- porque tenía presión alta y diabetes. El jueves se hizo la última ecografía en un centro de salud privado y el médico le dijo que la beba estaba lista para nacer. Ese día se enfermó y vino al hospital para que la internaran, pero la mandaron a su casa”.

Según la mujer, el médico que atendió a Gabriela le dijo que tenía una infección urinaria, le dio óvulos y una inyección de un antiespasmódico. Ella hizo lo que le indicaron y el sábado se sintió mejor. Pero el domingo notó que su beba se movía mucho, por eso volvió al hospital. En esa oportunidad le aconsejaron que se quedara tranquila y volviera a su casa, porque debían esperar hasta la semana 41 de embarazo para hacerle la cesárea. “Ella volvió a la casa, pero el lunes dejó de sentir a la beba. Por eso, ese día a las 18 volvió al hospital. La internaron, la revisaron y le dijeron que no sentían los latidos de la beba y que el martes le iban a hacer la ecografía. Con ese estudio confirmaron que estaba muerta”, contó Fanny. Y agregó que “a la cesárea se la hicieron recién ayer -por anteayer-. Después de eso, le dijeron al papá que iba a poder ver a la beba. Se la entregaron en una caja de plástico. Cuando lo vi, le pregunté qué llevaba en ese tupper. Me dijo: ‘A mi bebé‘. Yo no lo podía creer. Él mismo la tuvo que llevar a la morgue. Es inhumano que actúen así. Era una gorda hermosa, pesó más de 4,300 kg, se veía sana”.

Ahora, la familia culpa al hospital por el fallecimiento de la beba y piensa en llevar el caso a la Justicia. “Nosotros nos vamos a ir del hospital vacíos y a eso no lo va a cambiar nadie. Pero no queremos que otra familia pase por esta situación tan dolorosa”, aseguró Fanny.

Esa fue la medida que tomó la familia de Paola Miranda, la mujer que tenía un embarazo de 37 semanas, fue al hospital porque se sentía mal y fue enviada a su casa, donde su bebé falleció. En ese caso, desde el hospital iniciaron una investigación y confirmaron que el feto estaba con vida cuando la embarazada consultó por primera vez.