El ejercicio duró una hora. Y ese tiempo fue suficiente para detectar los errores y los aciertos a la hora de salvar. Fue un simulacro de terremoto, con incendio como principal daño colateral, que se realizó en la Universidad Católica de Cuyo (UCCuyo) y que involucró a todos los establecimientos en el campus en el que convergen unas 7.000 personas a diario. Se hizo sin previo aviso y estuvo organizado por gente de la Licenciatura en Seguridad y Salud Ocupacional, con el objetivo de mejorar la prevención y la actuación ante una catástrofe. Participó personal de Bomberos de la Policía de San Juan y del Hospital Marcial Quiroga.
A las 18 en punto sonó una alarma en cada uno de los establecimientos de esta universidad. De inmediato comenzó la evacuación de la gente que no sabía que se trataba de un simulacro. Pero que mantuvo la calma, salió de manera ordenada y en menos de 7 minutos, tal como se trabajó en ejercicios anteriores, teniendo en cuenta las características edilicias y limitaciones de cada dependencia. El inconveniente vino después. Una vez que todos estuvieron afuera del edificio no sabían a qué sector dirigirse para estar a salvo tras el sismo y el comienzo del incendio en la Facultad de Medicina. Ese desconocimiento fue la principal falla que develó el simulacro. "Tras la evacuación, la gente no supo a dónde dirigirse para esperar y estar segura, a pesar de que en el campus hay varios puntos de encuentro determinados y señalizados para usar ante una contingencia. Pero la falla fue porque nadie presta atención a la señalización y porque desde la Universidad no se hizo una campaña de información sobre estos puntos de encuentro en particular. Lo bueno de estos simulacros es que nos permiten aprender de los errores y a mejorar constantemente", sostuvo Andrés Domínguez, docente a cargo de la Seguridad y Salud Ocupacional de la UCCuyo.
Otro punto a mejorar y que quedó al descubierto durante este ejercicio fue el sistema de alarma. Para el simulacro instalaron parlantes en cada uno de los establecimientos que, por medio de bluetooth, transmitieron al mismo tiempo la típica alarma que suena ante un bombardeo. Esto fue porque la universidad no cuenta con un sistema de alarma integrado que funcione al unísono en cada edificio y con un sonido distintivo que indique emergencia. "Este es otro punto que tenemos que mejorar para poder alertar a todos a la misma vez y de manera clara", dijo Domínguez.
El docente también agregó que la idea de realizar este simulacro fue tras una nota que publicó DIARIO DE CUYO el mes pasado, sobre el Ejercicio Internacional de Respuesta a Terremotos 2023 que se realizó por primera vez en la Argentina y que tuvo a San Juan como sede. Y en donde especialistas del país y de Brasil calificaron con una nota promedio de 8 a la prevención sísmica sanjuanina. "Teniendo en cuenta este puntaje, decidimos tomar la posta y seguir trabajando en la prevención de catástrofes, con ejercicios en forma constante. El mes pasado hicimos un simulacro de terremoto en cada uno de los edificios en el campus de la universidad para trabajar sobre todo el tema de la evacuación. Ahora, hicimos uno integral que queremos institucionalizar. A partir de ahora, este simulacro integral se hará, al menos, una vez al año", concluyó Domínguez.
También en Barreal
Andrés Domínguez contó que el simulacro de catástrofe también se realizó al mismo tiempo en la sede de la UCCuyo en Barreal, Calingasta, donde se dicta la carrera de Tecnicatura en Seguridad y Salud Ocupacional.