Mariela Bustos tiene 41 años, pesa alrededor de 250 kg y hace una semana se enteró de que debe someterse a tres operaciones con el objetivo de vencer su obesidad. La primera es para que le extirpen dos hernias que tiene en su pierna izquierda y complican su movilidad, la segunda es para que le coloquen un balón gástrico que la ayudará a bajar más de peso y la tercera, para que le realicen un bypass gástrico que le permitiría llegar a su peso ideal. La mujer salió a pedir ayuda cuando se enteró del caso de Víctor Hourquebie, que falleció pesando 350 kg.

Según Mariela, estaba sentada en la silla en la que pasa prácticamente todo el día cuando la imagen que vio en el televisor le provocó escalofríos. “Vi el caso del chico que se murió por su obesidad y pensé: ‘Yo no quiero terminar como él‘. Decidí pedir ayuda y quiero hacer todo lo que me digan”, dijo haciendo referencia a Víctor. Lo primero que hizo fue llamar por teléfono a un número que vio en un medio de comunicación. Como consecuencia, recibió la visita de personal del Gobierno, que analizó su situación e informó el caso a las autoridades del Ministerio de Salud. Tras ser atendida por los especialistas, Mariela quedó internada en su casa. Recién cuando la estabilicen y le consigan una cama será internada en el Hospital Rawson, donde continuará la carrera contra el sobrepeso.

En principio, según contó la mujer, lo que los médicos pretenden es que baje de peso lo suficiente como para poder operar las hernias de sus piernas. Luego, la intervendrán para colocarle el balón gástrico que le permitirá llegar al peso ideal para poder realizarse el bypass gástrico.

UNA ENFERMEDAD LARGA

“Mi problema de obesidad empezó cuando tuve a mi segundo hijo -quien hoy tiene 22 años y está en el Penal acusado de robo-. En ese momento empecé a tener problemas de tiroides”, contó Mariela. Pero recién fue hace 4 años cuando su sobrepeso la dejó sin posibilidad de seguir trabajando como empleada doméstica. Entonces obtuvo la pensión con la cual solventa sus gastos actualmente. Aunque el dinero no le alcanza, por ejemplo, para pagar una casa, por lo que está viviendo con su hermano, quien es casero del club de la Villa San Damián, en Rawson.

Cuando empezó a tener problemas en su pierna, Mariela pidió ayuda por primera vez. Según su relato, estuvo 3 veces internada en el Hospital Marcial Quiroga. “Siempre bajé de peso durante la internación, pero me mandaban a mi casa para que bajara los últimos kilos para poder ser operada. Entonces volvía en engordar”, confesó la mujer. Y comentó que la última vez que permaneció internada fue el año pasado. En ese momento, logró llegar a los 180 kg, pero debía pesar menos para ser intervenida. Sin embargo, cuando la enviaron a su casa, Mariela no continuó la dieta, por falta de dinero para comprar los alimentos necesarios y también por falta de voluntad. Eso hizo que empezará a engordar nuevamente. Además dejó de tomar las pastillas para su problema de tiroides, porque no podía moverse para ir a hacer los trámites a través de los cuales, el Profe (la obra social que tiene) se los entregara. De ese modo llegó a su situación actual.

“Ahora estoy acá, con esperanzas de mejorarme. Es triste porque paso todo el día sentada, me muevo sólo para ir a la pieza a acostarme y para eso tengo que usar este andador que me hizo mi hermano. Tengo tantas ganas de ir a la plaza, de salir a pasear, de caminar. Espero que puedan operarme pronto”, comentó la mujer con nostalgia. Y, con los ojos llorosos, dijo que “no quiero morirme. No quiero que me pase como a ese chico”.