Santi agarró la batería sin que nadie le diga nada. ´Es un niño muy especial, desde que estaba en la panza de la madre, para que deje de patear, le hacíamos escuchar Jorge Rojas por el celular y el loco se tranquilizaba´, cuenta el padre. Con tres años, transitó por los escenarios de Cosquín y Jesús María acompañándolo en sus recitales. ´Él debe elegir su futuro, aunque me gustaría que fuese pediatra (risas). La luché de muy abajo, cuando comencé con mi viejo, teníamos muchas desigualdades. Ahora no quiero que sufra lo mismo que yo, si quiere ser músico deberá mantener un espíritu profesional. Eso sí, que no me salga Wachiturro si no se arma lío´, bromea Nano.