Conoce el oratorio de la Difunta Correa como la palma de su mano. Nació en Vallecito y siempre tuvo contacto con los fieles que llegan a ver a Deolinda Correa y eso la inspiró para ser hoy guía de turismo. Ella es Sandra Reinoso, una mujer de 48 años, que comenzó a dar visitas guiadas por el paraje y que con mucho esfuerzo se volvió la voz que relata la historia de la Difunta Correa a las personas que llegan a conocer el oratorio. La mujer contó que aprovecha las vacaciones de invierno para darle más promoción a su actividad.
Es de descendencia de una de las familias más tradicionales de Vallecito. Contó que nació en el poblado que está junto al oratorio y que eso le permitió conocer cada rincón de este lugar. "De una manera indirecta siempre hice de guía de turismo", dijo Sandra y contó que desde niña le gustó poder ayudar a la gente a buscar un estacionamiento, informar dónde están los baños y hasta contar la leyenda de Deolinda Correa.
A principio de este año, Sandra, que vive a un kilómetro del ingreso al paraje, y otros vecinos de la zona participaron de una capacitación que realizó el Ministerio de Turismo, en el marco de la temática de la Fiesta Nacional del Sol 2018, y ahí comenzó oficialmente a trabajar con un circuito pedestre por el oratorio. Si bien en el lugar hay personal que trabaja en la oficina de Turismo, ella sigue ofreciendo el circuito y guiando a los turistas.
Sandra comentó que invitan a los visitantes a caminar y conocer el oratorio Difunta Correa, el Museo de la Fe, las capillas, la Parroquia de la Virgen del Carmen, la Senda del Peregrino y el Reloj Solar. "Una de las cosas que más le gusta a los turistas son los murales que pintaron en el verano. La personas que vienen quieren conocerlos a todos", dijo Sandra y contó que además de ella, hay un vecino que también ofrece este tipo de servicio.
Además de ofrecer el circuito, que lo hace de manera gratuita, Sandra vende velas en el paraje. La gente de la zona se las ingenia para vivir el día a día y para que además los visitantes encuentren un lugar ordenado, limpio y con personas dispuestas a ayudar. "Es muy importante que la gente llegue a la Difunta Correa y se vaya contenta", agregó Sandra y comentó que en ocasiones el Ministerio de Turismo les lleva libros con la historia de Deolinda para que ellos vendan y puedan obtener dinero de esa forma.