Es una advocación mariana de la religión católica, cuya imagen se venera en el Santuario de Nuestra Señora de Andacollo, en la precordillera de la Región de Coquimbo en Chile. Su origen se remonta a la pequeña imagen que, según la tradición, encontró un indígena en las cercanías del mineral de Andacollo, al inicio de la conquista española. Tal vez fue dejada allí por algún soldado que huía tras la destrucción de La Serena en 1549.