La Virgen del Perpetuo Socorro es una advocación mariana. La imagen original es un ícono procedente de Creta y venerado en Roma en la iglesia de los Agustinos, a finales del siglo XV, y desde 1866 en la iglesia romana de San Alfonso. La datación del ícono es difícil de precisar. Unos los sitúan entre los siglos X y XI, y otros a comienzos del siglo XV.