Caños que suben y bajan, personas en la cima de grúas que cuelgan elementos o pintan estatuas, olor a pegamento y pintura, gritos con pedidos de último momento y hasta humo que sale de un parrillero. Todo se puede percibir en el interior del Parque de Mayo que, por estos días, está repleto de gente que corre de un lado a otro con el fin de ir llenado las carpas blancas con las que se buscará impactar a todas las personas que recorran la Exposición y Feria Temática de la Fiesta Nacional del Sol, desde el próximo martes.
‘Pasamos todo el día acá desde el lunes pasado y mañana va a ser peor que hoy, porque nos van a quedar menos días para trabajar‘, dice Augusto Cosma, encargado de montar la exposición, mientras atiende y cuelga el teléfono una y otra vez.
Detrás de él se puede ver a un grupo de hombres tirados sobre las mismas lonjas de alfombra que están pegando entre sí para cubrir el piso de un stand. Y al lado, a los encargados de armar el espacio del Ministerio de Salud, que colocan un cartel y piden opiniones para saber qué tan derecho se ve. Mientras, el encargado de otra carpa prepara el cemento que necesita para el montaje y lo mueve rápidamente con una pala, sobre una de las calles internas del lugar.
�El terreno es difícil, porque si bien la mayoría de los trabajadores tiene experiencia en el armando de la exposición, ya no están en su conocido Predio Ferial. Para ellos todo es nuevo. Ahora, hasta pueden ver postales diferentes, como la de algún que otro deportista que logra ingresar al lugar y corre esquivando los cables y hierros que esperan ser ubicados en su puesto.
En la altura también hay movimiento. Después de haber alzado a quienes colgaron la tirolesa que cruza de un árbol a otro y trasladará al público durante el evento, una grúa se detiene justo al lado del Monumento al Deporte. Su objetivo es llevar hasta lo alto al pintor que se está encargando de cubrir los grafitis que alguna vez plasmaron los vándalos sobre la estructura.
A su vez, una camioneta cargada con hombres y caños ingresa al Estadio Abierto, donde ya se puede ver parte del esqueleto de lo que será el escenario. Y hacia el Sur están apiladas las sillas que luego serán repartidas frente a él para ser usadas por quienes tendrán un lugar preferencial desde donde podrán observar los espectáculos musicales.
Así, para llegar a tiempo, en el Parque todos trabajan de Sol a Sol, incluso soportan el calor de la siesta. El único respiro que tienen llega alrededor de las 14, cuando se detienen para comer el asado hecho in situ. Para eso, durante todas las jornadas, dos personas llegan con la carne, la colocan sobre una tabla que descansa en el tronco de un árbol, la salan y luego la extienden sobre un parrillero móvil instalado en medio del espacio verde. El descanso después del almuerzo dura poco, pero nadie se queja. Todos tienen una idea fija: dejar cada rincón perfecto para que se luzca en la inauguración de la Fiesta del Sol 2013.