El mosto siempre ha tenido un gran peso dentro de la industria, pero por tratarse de un producto básicamente exportable – más del 80 % de la producción sale del país-, siempre ha estado sujeto a los vaivenes de los mercados internacionales y al tipo de cambio. El gran salto lo tuvo con la devaluación del 2001-02, etapa en la que prácticamente se llegó a niveles récords de comercialización, hasta fines del año pasado cuando se produjo una gran caída. A las malas condiciones de mercado actual provocadas por la crisis financiera mundial se sumó la baja del precio del mosto de manzana procedente de la China que reemplaza en la industria de los jugos al mosto de uva, como así también algunos excedentes de mosto concentrado de Italia y España, dos grandes competidores. Los productores aseguran que la incidencia de los costos de materia prima, insumos, servicios, mano de obra, entre otros, son enormes en el precio final, cosa que los deja fuera de competencia a nivel internacional debido al tipo de cambio desfavorable.
