Las pymes sanjuaninas, que representan más del 90% de la industria local, están frente a un momento histórico de disponibilidad de créditos. Contando sólo aquellas líneas oficiales que tienen un tope total cuantificable, hay por lo menos unos 1.000 millones de pesos listos para ser otorgados. Es una herramienta accesible para que cada pyme pueda invertir en su crecimiento y ponerse a tono con las expectativas de baja inflación y reactivación económica en todo el país.
Sin soslayar que cualquier empresa que desee acceder a un crédito (más aún si es operado mediante un banco) debe tener un buen antecedente crediticio, un correcto comportamiento fiscal y demostrar capacidad de repago y garantías, en este momento hay al menos 16 líneas y programas, la mayoría gestionados por el Gobierno de la provincia, para pedir plata.
La situación macroeconómica también trae vientos a favor, al menos una razonable perspectiva. Las pymes locales, castigadas por medidas que restringieron durante años su competitividad, pueden barajar y dar de nuevo. La toma de préstamos accesibles para incorporar más personal o consolidar el que está, innovar en tecnología, comprar materia prima, aumentar la producción o mejorarla, es la opción líder y con dos ventajas básicas: de otro modo no se podría crecer, y los planes disponibles ofrecen facilidades, tasas accesibles y subsidiadas y mucho acompañamiento y asesoramiento para decidir de la mejor manera cómo invertir esos fondos frescos.
El sector necesita esa plata, claramente. El Primer Censo Industrial de San Juan, que cerró cifras a principios de año, reveló que casi 4 de cada 10 pymes tienen muchas dificultades con el capital de trabajo, más del 26% se inserta dificultosamente en el mercado nacional y al 3,13% le falta recursos humanos capacitados.
Esa situación llevó al Gobierno a diseñar nuevos planes de créditos para atender esos problemas. Según explica Sandra Barceló, secretaria de Industria de San Juan, “por ejemplo la línea específica para capital de trabajo nació como totalmente inédita, ofreciendo el 100% para ese fin, y la tasa era la más baja hasta ese momento, del 15%”. La funcionaria también enumera otros atractivos crediticios: certificados oficiales de elegibilidad para empresas sanjuaninas, líneas para los industriales más pequeños, tasa subsidiada para hacer o ampliar galpones, y la creación de dos incubadoras para seguir cada proyecto de cerca y que cada inversión realmente dé sus frutos en los mercados interno y externo.
Los fondos que las pymes pueden tomar son aportados fundamentalmente por la provincia, la Nación y el BID, y también están las líneas pertenecientes a los bancos que trabajan en San Juan, cuyo otorgamiento suele ser más ágil que aquellos con fondos públicos. Según Ernesto Clavel, directivo de la Unión Industrial de San Juan y socio de la Consultora Estratégica (que ofrece asesoramiento crediticio a las empresas), “actualmente por un tema coyuntural hay una mayor necesidad de la industria en fondos destinados a capital de trabajo”. Al mismo tiempo, “hay que destacar que la mayoría de las líneas de crédito de bienes de capital se direccionan a la compra de maquinaria principalmente de origen nacional. Cuando se necesita importar tecnología, por lo general hay un paso previo donde se informa de la inexistencia de esa maquinaria en el país”.
Clavel describe que “en épocas de mejores proyecciones macroeconómicas, la industria suele solicitar los fondos para la adquisición y actualización tecnológica, apuntando a una mayor productividad del sector”.
Es precisamente lo que intenta lograrse con la disposición de este dinero para las pymes. Si bien estas nuevas líneas están en sus primeros pasos de ejecución y todavía no hay un número de cuántos empresarios sanjuaninos se lanzaron a tomarlos para crecer ni cuánta plata ya pidieron, sí hay casos, historias concretas, de pymes sanjuaninas que previamente habían tomado otros créditos y hoy están en expansión. Son ejemplos que vale la pena conocer, ya que le ponen el rostro y la vida a un movimiento que invita a crecer. En este nuevo Día de la Industria Sanjuanina, la experiencia que transmiten vale casi tanto como tener plata nueva en la mano.
