Estaba todo armado para que San Martín hiciera la entrada en calor dentro de la cancha de la Bombonera, en el costado Sur, pero apenas comenzaron a moverse los jugadores, los sapitos de agua comenzaron a funcionar. Algunos futbolistas se mojaron, mientras los asistentes del cuerpo técnico hacían fuerza con sus pies para volverlos a hundir. Todo fue inútil y el calentamiento previo debió hacerse sobre el otro sector y recién ahí, luego de 3 minutos, la lluvia de agua desapareció.
