Tiene unos 4 años. Algunos dicen que llegó de la mano de algún párroco y se quedó a vivir en el lugar y otros aseguran que no saben nada de su procedencia. Sin embargo, los fieles que pasan a diario por la Iglesia Catedral y las personas que colaboran o trabajan en el lugar dicen que esa gata es la mascota del templo. Responde al nombre de Michi y le encanta pasearse por el altar en medio de las misas y hasta dormir en las sillas que ocupan los sacerdotes mientras se lee los salmos. "Es la mascota que tenemos. En ocasiones nos hace pasar momentos incómodos, porque a diferencia de los perros, los gatos hacen lo que quieren, pero todos acá la queremos y la cuidamos", dijo el sacerdote Andrés Riveros, párroco de la Catedral, y contó que ellos la alimentan y la cuidan.
Parada detrás de las puertas de vidrio, Michi mira a los fieles para que la dejen pasar. Entra como dueña de casa, sube las escaleras, camina por entre los bancos y hasta se sienta junto a los fieles mientras rezan de rodillas. Toma Sol en el jardín de los Apóstoles o cerca del Campanil y en ocasiones baja hasta la Cripta y aprovecha el silencio del lugar para descansar de manera relajada. Es que la Catedral se volvió su casa.
Con su pelaje brillante y el caminar elegante que distingue a los felinos, Michi en ocasiones es hasta la distracción de los fieles. "Hay gente que la adora y nos dice cosas lindas de la gata, pero hay otros a los que les molesta. Por ahí, en las misas vemos cómo los fieles hasta sacan los celulares para sacarle una foto", comentó entre risas el padre Andrés y dijo que es muy compañera de los sacerdotes.
"Es parte de la Catedral y a la gente que le gusta nos dice que gracias a ella la Catedral tiene clima de hogar, porque en todas las casas hay mascotas. Además, el centro sanjuanino siempre tuvo fama de tener roedores, pero acá -por la Catedral- no tenemos nada de eso y creemos que es por la presencia de ella. Michi es dueña y señora de la Catedral. Tiene una habilidad para pasear por la Cripta y su lugar favorito es la Sede del Obispo -la silla de piedra-. Siempre recordamos que en cuarentena el Arzobispo Jorge Lozano dio una misa televisada y salió la gata sentada en su santa sede", relató Riveros y comentó que ellos tratan que la mascota no se meta en las misas para que la gente pueda estar concentrada, "pero a veces se nos escapa, porque para ella la Catedral es su casa".