El juez Carlos Guido Ramirez, a cargo del juzgado civil de Menores, aseguró que el hecho “no es algo común. Lo que se ve son casos de padres que utilizan a los niños en la mendicidad, pero no en los robos. Un niño de 8 años es una criaturita”. El magistrado (que no interviene en este caso) explicó que, ante situaciones similares, se hacen encuestas socioambientales para ver cómo está compuesto el núcleo familiar del niño y cuál es su situación. “Es para saber cuál es la opinión de los vecinos, si el chico estudia o es cuidado. En otras palabras, para saber si el niño está contenido o está en riesgo”, señaló. De eso depende que siga con su madre. Caso contrario, la guarda puede quedar a cargo de un pariente cercano, siempre priorizando el mejor interés del niño, indicó. En el último de los casos, podría ser llevado a un hogar.
