Una buena entre tanta monotonía de noticias malas y que generan miedo. Cuando la pandemia oscurece las esperanzas del mundo, hay vidas que se multiplican y dan esperanza. Esta historia comenzó hace más de un mes, pero el viernes pasado tuvo su final feliz. La noche había caído en una humilde casa de Las Chacritas. Eran eso de las 21 y llegaba el mimado de la casa: Maycol. El bebé gigante que nació con 5,650 Kg y estuvo muy grave en neonatología del Hospital Rawson, fue dado de alta y en su casa lo esperaba su familia que no había podido conocerlo debido a las medidas sanitarias de aislamiento obligatorio dispuestas a nivel nacional por la pandemia del coronavirus.
Su historia primero se hizo conocida por tratarse de un ‘superbebé’, pero cobró dramatismo cuando a los pocos días su vida estuvo al borde del abismo. La medicina y una fe inquebrantable, le dieron a este gordo grandote de pelos parados y gesto de enojado, la oportunidad de salir adelante.
"El gordo está muy bien, se está acostumbrando a la casa y a sus hermanas que lo quieren besar y abrazar todo el tiempo", comentó Melisa Moyano (23), la reciente mamá quien es insulinodependiente, motivo por el cual el bebé tuvo el mencionado peso de nacimiento.
Las ganas de vivir del pequeño gigante parecen haber contagiado a toda la familia. Desde su nacimiento el pasado 14 de febrero, Maycol sufrió tres convulsiones: una cuando ingresó a terapia intensiva, otra en terapia intermedia y otra cuando lo canalizaron. La reciente mamá también contó que tuvo un ataque que hizo que su frecuencia cardíaca se elevara durante dos días.
“Cuando estaban por hacerle la descarga eléctrica, solito comenzó a regular sus pulsaciones y no fue necesario hacérselo, y hasta el momento del alta no tuvo ningún otro episodio cardíaco”. Cabe destacar que el esfuerzo del pequeño gigante fue muy grande en sus días en el hospital ya que también tuvo presión alta y problemas para orinar.
Luego del parto, los médicos identificaron que Maycol tenía dificultades para respirar, le hicieron estudios y los resultados arrojaron que el pequeño contrajo una bacteria mientras estaba en el vientre. Si bien los especialistas detectaron al microorganismo, no pudieron aplicarle inmediatamente un antibiótico porque no le encontraban sus pequeñas venas. Posteriormente el cuadro se complicó y obligó a su internación durante 18 días en terapia intermedia y 17 días en terapia intensiva. También estuvo un día completo en terapia intermedia en la unidad de pediatría y siete días en una sala común de la misma unidad.
Según contó su bisabuela, Ilda Funes, los vecinos empezaron a llegar la misma noche en que el superbebé arribó a la pequeña casa ubicada en la localidad de Las Chacritas. "Por lo del coronavirus los vecinos nos cuidamos entre nosotros y cuidamos sobre todo a Maycol, por eso llegan hasta la puerta de calle y mandan saludos y preguntan, pero no entran a la casa", contó. Y agregó: “Yo tengo problemas en los huesos por eso me dicen que no lo tenga en brazos, pero a mí no me importa, imagínese que lo he venido a conocer recién hace dos días después de tanto tiempo que estuvo internado”.
"Nos dieron un parte crítico cuando lo metieron a terapia intensiva, nos dijeron que pasando las 48 horas podía llegar a haber una posibilidad. Por suerte soportó todos los medicamentos y el entubamiento y hoy lo tenemos en casa con nosotros”, contó su papá Federico Balmaceda (22).
En los próximos días, el superbebé deberá volver a visitar al cardiólogo y al neurólogo para constatar su evolución, pero la familia apuesta a que su recuperación será completa, aunque entienden que llevará su tiempo.