Hasta el año 2010, la Escuela José María Torres, ubicada en calle Vidart y calle 9, tenía una matrícula de 115 alumnos. Con la inauguración del nuevo edificio, se abrió la inscripción a nuevos alumnos. La respuesta fue inmediata, ya que para 2011, se registró una matrícula de más de 300 adolescentes para ocupar las 6 nuevas divisiones que se habían creado. La mayoría de estos chicos vive en zonas alejadas y por distintas razones (repitencia, deserción o desgranamiento, entre otras), no tenía lugar en otras escuelas del departamento. La José María Torres los recibió, pero hasta ayer no podía brindarles las condiciones necesarias, hasta que llegaron finalmente los bancos faltantes.