No hay césped. Ni siquiera tierra pura. Son piedras, a lo lejos la Ruta 40, las grandes ripieras y un par de añosos pimientos que dan reparo en el costado Sur. Pero en Defensores eso no importa. Es más, para juntar los casi 10.000 pesos que costó normalizar todo lo institucional juntaron hasta los desgastados billetes de 2 pesos. En los últimos días de octubre en la sede social de calle Vicente Alvarez, entre 13 de Junio y Buenaventura Luna, será el llamado a Asamblea para dejar todo en regla. Sueñan con ese día y Carbajal sabe que será histórico: +Estuvimos demasiados dejados. Nos confiamos y quedamos en el aire pero a puro corazón pudimos revertir esta historia y demostramos que cuando sobra pasión, no hay necesidad que te frene. Acá somos una familia y sabemos que lo único que nos puede unir como sociedad es el club y seguimos todos los días. Las madres regando a balde puro, los padres buscando recursos, los jugadores matándose en cada partido y los hinchas acompañandonos siempre. Así, todo es posible+.
