"Fue impresionante ver las ratas cruzando la calle, escapando del fuego. Nunca había visto tantas juntas", dijo un agente de policía en Abraham Tapia y Callejón Blanco, en El Medanito, Rawson. Allí, las llamas alcanzaban los cinco metros de altura y era el centro de un gran hongo de humo negro, que fue visible desde varios kilómetros. Este fue uno de los focos de incendio más importantes de los registrados ayer, junto al Médano de Oro, como sucede cada vez que hay viento Zonda. Y fue una de las jornadas más caóticas de los últimos cuatro años para Bomberos ya que se registraron más de 20 frentes de fuego en distintos departamentos, casi todos en campos. La última vez que hubo tantos incendios en un solo día y por acción del viento Zonda fue el 10 de septiembre de 2006, cuando se registraron 30.
La Policía, al cierre de esta edición, no registraba heridos por el fuego, pero sí fondos de viviendas afectados, algunos animales muertos y la detención de una persona acusada de incendiaria (ver aparte). Las seis dotaciones de Bomberos trabajaron sin parar a partir del mediodía, cuando comenzaron a denunciar los incendios. Uno de los primeros se dio en las fincas de calle Sargento Cabral, cerca del barrio Huazihul, en Desamparados. El viento fue arrastrando las llamas y provocó que la familia Jácamo, en Sargento Cabral y Cabañas, sacara sus pertenencias a la calle por miedo a que el fuego alcanzara la casa. Unos metros más hacia el Este, Pascuala Femenía lloraba de impotencia luego de que se quemaran dos corrales de su finca, además de la leña para un carneo.
En los grandes campos de Rawson, el fuego fue avanzando avivado por el viento y los pastizales. En General Acha y Calle 5, personal de la Comisaría 6ta informó que tuvo que evacuar a siete familias como medida preventiva, ya que las llamas se acercaban a sus casas. Pero finalmente no hubo daños materiales.
En El Medanito, el fuego avanzó hasta llegar a calle Abraham Tapia, con llamaradas que rápidamente cruzaron hacia el campo de enfrente. La Policía, en tanto, tuvo que cortar el tránsito a la altura de la UVT, porque no sólo había nula visibilidad por el humo, sino además por las impresionantes llamas que cruzaban la arteria.
En callejón López y Calle 6, Micaela Bustos corría entre lágrimas a buscar un poco de aire, tras haber ayudado a apagar un incendio en su casa. Su familia es casera en una finca y el fuego les quemó un lavarropas, una bicicletas, incineró unas gallinas y chamuscó unos caballos, antes de que pudieran controlarlo. A su vez, en la calle Ramón Franco, el fuego quemó los postes de luz, mientras que por la calle Alfonso XIII y Libertad, unos finqueros sacaban agua de un pozo para apagar unos pastizales, envueltos en un humo espeso que no dejaba respirar. "Y después de esto, el basural de Calle 5, entre la Alfonso y la General Acha, va a largar humo de las botellas y la mugre quemadas durante días", se quejó un hombre.
En tanto, en Rivadavia, el fuego alcanzó pastizales y algunos olivos en el barrio Del Bono Green. Allí, los vecinos colaboraron con baldes y uniendo mangueras para ahogar las llamas mientras esperaban a Bomberos, que no dieron abasto en un día de fuego en San Juan.

