A casi medio año desde que se puso en funcionamiento el nuevo sistema de recolección de residuos en la Capital, persisten ciertos malos hábitos en los usuarios que complican su funcionamiento y disminuyen sus beneficios. Eso, a pesar de que, según comentaron desde la Municipalidad, se ha hecho campañas diversas a través de folletos y hasta personalmente para explicar cómo funciona el servicio y cómo debe actuar la gente.
El sistema, que consiste en la utilización de contenedores distribuidos en distintas cuadras de la ciudad con el objetivo de que los vecinos depositen allí los residuos domiciliarios, comenzó a funcionar el 11 de mayo pasado. Según las autoridades brindaría beneficios diversos como impedir que los perros desparramen la basura, que se dispersen los malos olores y los líquidos de los desechos y evitar el cirujeo. Además de contribuir a que las personas que recolectan los residuos no tengan contacto con ellos, ya que la recolección se realiza diariamente con un camión que contiene un brazo hidráulico que levanta los contenedores y los vacía en una caja compactadora, sin que intervenga el contacto humano.
Sin embargo, muchos de esos aspectos positivos se pierden porque la gente aún tiene malos hábitos en cuanto al uso del sistema, como tirar cosas indebidas, romper los contenedores y revolver la basura (ver aparte).
Según comentó el encargado de la Secretaría de Obras de la Capital, Jorge Cerdera, hay un problema cultural. "Nosotros informamos cómo debía usarse el sistema y ya pasó mucho tiempo, pero aún hay problemas. Yo creo que es un tema de hábitos y una falla cultural", dijo el funcionario. Y, además de enumerar los principales malos usos del sistema, agregó que "estaba contemplada la posibilidad de multar a quienes no hicieran buen uso de los contenedores. Todavía no hemos hecho multas, pero estamos armando todo para empezar a labrar sanciones", aunque no dio más detalles sobre cuál será la modalidad.

