Las constantes roturas en los caños demoraron el final de la obra de repavimentación de avenida Libertador. Además, los vecinos y los transeúntes tuvieron que soportar distintos inconvenientes. Debido a las reparaciones, que incluyeron tareas para levantar el pavimento, se cortaron sectores de la vía, lo que generó embotellamientos y caos vehicular. Los vecinos debieron enfrentar sectores con agua estancada, que generaron suciedad y focos de infección. Asimismo, los comerciantes de la zona vieron sensiblemente disminuidas sus ventas debido a que a los clientes se les hacía extremadamente difícil acceder a los negocios. Inclusive las paradas de colectivos se convirtieron en peligrosas, por la presencia de escombros.