San Vicente de Paul se terminó desprendiendo de los derechos del juicio por apenas 15 mil pesos, un monto insignificante si se tiene en cuenta que tenía a cobrar más de 1 millón de pesos. La que firmó la sorprendente cesión de derechos fue Carmen Arévalo de Del Bono, la titular de la institución, quien afirmó cuando pasó por Tribunales que no sabía de la sentencia favorable y que no conocía a Miguel Suraty, que se quedó con la mayor porción del juicio. Según la mujer, Graffigna les mintió y nunca les informó del jugoso monto que podrían haber recibido por la expropiación del inmueble de Rawson donde hoy hay un barrio.
En representación de Suraty, Graffigna pidió y le concedieron una readecuación de precio y el monto a percibir por el juicio se fue a casi 1,2 millones de pesos. Celina Infante habría cobrado 170 mil pesos por la parte que adquirió y Suraty dice que su abogado y amigo le dio nada más que 40 mil pesos.
