Cuando ya se sabía ganador, el presidente de Brasil, Luis Inacio Lula Da Silva, lloró de felicidad ante centenares de periodistas de todo el mundo. “Brasil ha ganado definitivamente su ciudadanía internacional, ya no somos más ciudadanos de segunda clase”, afirmó.

Lula afirmó que había llegado “la hora” de Río, la única entre las diez principales economías del mundo que nunca ha tenido unos Juegos.