Ayer, los bomberos tuvieron que hacerle frente a un desafío titánico en pleno centro: evitar que un letrero de 60 kilos que estaba colgando en medio de la calle y que por el ventarrón quedó sostenido sólo en uno de sus extremos, cayera sobre los autos estacionados o sobre algún peatón. Pero eso no fue todo. Tuvieron que hacer el trabajo soportando las fuertes ráfagas que complicaron la tarea. Por el viento Sur que comenzó en la madrugada de ayer, y que sopló por momentos a unos 64 km/h, un gran cartel publicitario de metal y vidrio quedó colgando en medio de la calle Mendoza, entre Mitre y Santa Fe. Los bomberos trabajaron durante media hora para poder bajarlo antes de que ocasionara algún tipo de daño. Por el viento también hubo árboles caídos y cortes de luz (ver página 7).
Lo primero que hicieron los 4 bomberos que acudieron al operativo fue tratar de dar con los propietarios de los 3 vehículos estacionados bajo el letrero. Sólo dieron con uno que estaba en el Bingo y que ni bien se enteró del peligro que corría su vehículo, lo retiró del lugar.
Luego de analizar la situación y la ubicación del cartel, decidieron enlazarlo para evitar que siguiera moviéndose y se cayera, pero no les resultó fácil. Tuvieron que hacer varios intentos para que un cordel pasara por encima de la columna metálica que lo sostenía. Las fuertes ráfagas dificultaron la tarea. Luego de lograr enlazarlo, lo dejaron inmóvil. Esto sucedió ante la mirada de los curiosos que siguieron atentamente el trabajo de los uniformados y hasta tomaron fotos de la escena.
Uno de los bomberos se quedó en el suelo sujetando la cuerda que envolvía al letrero, mientras los otros 3 treparon hasta el techo de la autobomba para desengancharlo del único tornillo que lo sostenía. Como el extremo atornillado estaba a una altura considerable, tuvieron que colocar una escalera sobre el techo de la autobomba. Fue cuando volvieron a hacerle frente a las complicaciones generadas por el viento.
El bombero que subió tuvo que atarse un cordel a la cintura para que las ráfagas no lo tiraran de la escalera. Con una mano se sujetó a la soga, mientras que con la otra quitó el tornillo. En tanto, sus dos compañeros sujetaron los cordeles para bajar el cartel suavemente una vez que fue desenganchado.
Tras media hora de arduo trabajo, los bomberos lograron terminar de descolgar y bajar el letrero, casi a las 11. Como recompensa recibieron el aplauso de los peatones que pasaban por allí.

