La Bebida, en el departamento Rivadavia, se caracterizó históricamente por ser una zona tranquila, donde la mayoría de los vecinos se conoce y era habitual que los chicos jugaran en la vereda de sus casas hasta tarde. Pero ahora dicen que eso ya no pasa. Es que las personas que viven en esa localidad dijeron que hay cada vez más inseguridad. Comentaron que los arrebatos de celulares, los robos de bicicletas y hasta del cableado de algunas casas es habitual. Ante este reclamo, el secretario de Seguridad, Carlos Munisaga, dijo que evaluarán cómo reforzar el trabajo policial.
La avenida Ignacio de la Roza, entre Pellegrini y Comercio, es el corazón de esta zona. Ahí está la mayoría de los locales y los vecinos más longevos. En ese sector hay al menos tres paradas de colectivo y los vecinos señalaron que son las zonas más complicadas. Es que ahí hay arrebatos constantemente. "Cuando los chicos del turno tarde o nocturno salen de la escuela para tomar el colectivo lo hacen en grupos para evitar los robos. Algunos tienen que caminar hasta la calle 9 de Julio -paralela a la avenida, hacia el Sur- para poder tomarse el colectivo y caminan por la orilla del canal y no se ve nada. El otro día, a unas nenas les robaron los teléfonos y las mochilas en ese sector", dijo Carla López, una vecina que acompaña a sus hijos todos los días hasta la parada del micro por miedo a que les pase algo.
Al igual que ella, otras personas de la zona comentaron que los robos son moneda corriente. "A uno de los chicos de la heladería le robaron la bicicleta y a un señor que entró a comprar a la ferretería la semana pasada también le sacaron su bici", agregó Federico Juárez, un comerciante de la zona. Mientras que otros vendedores dijeron que entre ellos se avisan cuando ven algo raro o se ayudan y dan consejos para estar todos atentos.
Además de la parada de colectivo que está a pocos metros de la escuela Juan José Castelli, que hace unos meses estuvo sin agua porque les robaron la bomba, las paradas de calle Pellegrini y de Comercio son los otros puntos señalados por los vecinos como complicados. "Antes teníamos el puesto policial en la esquina de Central y Pellegrini y ahora lo cambiaron de lugar. Esta zona era tranquila y cuando sacaron el puesto se volvió tierra de nadie. Hay tránsito a toda velocidad y ya no podemos ni salir a conversar con las vecinas si está de noche, por miedo", dijo otra vecina que pidió no ser identificada por temor. "Es que todos nos conocemos acá y no queremos que nos hagan nada", agregó. Mientras que Belén Pacheco, otra mujer de la zona, comentó que hace unos días dos chicos "de no más de 15 años" iban corriendo con rollos de cables que se habían robado. "Son niños o chicos muy jóvenes los que salen a hacer estos robos", agregó.
"Los arrebatos son moneda corriente. De esta esquina -Comercio e Ignacio de la Roza- hacia el Sur, de noche no se ve nada. Muchos se esconden en el descampado que antes era un secadero y de ahí tratan de robar carteras, motos, bicicletas. Acá, además de policías, hace falta un trabajo social. Necesitamos que la gente deje de ser marginada y que puedan tener otra esperanza de vida. Sumado a eso, la Policía no tiene movilidades suficientes para hacer recorridas", agregó Exequiel Bordón, quien trabaja y vive en la zona. Mientras que unas vecinas de un barrio nuevo que se entregó cerca del camping de UDAP dijeron que al menos a 5 familias les robaron las bombas de agua.
Por su parte, Carlos Munisaga dijo que en La Bebida está la Comisaría 34ta y dos puestos policiales desde donde salen a hacer recorridas. "Sin embargo, vamos a ver cómo podemos reforzar la seguridad. Si bien tenemos mucho personal en esa zona, no podemos dejar de hacer un esfuerzo para que la gente viva más tranquila. Estamos trabajando para inaugurar una nueva comisaría y si es necesario pondremos más movilidades. Pero estamos convencidos de que no sólo hace falta seguridad en este sector del departamento. También hay que hacer un abordaje interdisciplinar para que haya más presencia del Estado, desde el punto de vista social", concluyó.