“Hemos amasado en el patio de doña Paula”, decía una santafesina rodeada de niños con una sonrisa de oreja a oreja. Mientras tanto, quienes recorrían las habitaciones en las que pasó su infancia Domingo Faustino Sarmiento sentían el aroma del pan casero recién horneado. Es que ahora, los turistas que llegan a la casa del prócer pueden cocinar al lado de la huerta de su madre, con los mismos ingredientes que usaba ella. Y, encima, llevarse el pan que amasaron para comerlo en familia. La actividad es una iniciativa del programa Pro Huerta y del museo, y se realizará todos los martes, durante las vacaciones.

Los dos mesones armados en el patio de la casa, al lado de la simbólica “Huerta de doña Paula” que está cubierta de acelga, aromáticas y pimientos, estaban rodeados de gente. En ellos, Laura Notario, nutricionista del Pro Huerta, explicaba que doña Paula amasaba para su familia con harina integral. “En esa época no se usaba la harina blanca. Todo se amasaba con harina negra y, de ese modo, los alimentos eran más sanos”, decía Laura mientras ayudaba a un niño a amasar el bollo que ya había leudado.

Después, los niños y sus padres armaban los pequeños bollitos, que iban directamente al horno, lo único que queda fuera de época, ya que las autoridades del museo consiguieron prestado un horno pizzero a gas.

Una vez que todos habían aprendido a hacer el pan, lo único que quedaba era probarlo bien calentito, solo o untado con mermeladas de distintos sabores. Y después, los visitantes podían llevarse el pan que ellos mismos habían amasado.

“La idea es que la gente aprenda a comer más sano; y hacerlo en el patio de la Casa de Sarmiento, tal como lo hacía doña Paula, es algo muy especial”, comentó Laura. Y contó que “vino gente de La Pampa, de Salta, de Santa Fe, de Entre Ríos y muchos turistas sanjuaninos. Todos se sorprendieron al encontrar la actividad, participaron y se fueron muy contentos”.

Por su parte, la directora del museo, Beatriz Oviedo, contó que la idea de amasar en el patio había sido por demás exitosa. “La gente se sorprende con la propuesta y se va feliz. Sobre todo los más chiquitos, que amasan con gusto y después van a jugar con los rompecabezas y los libros de la biblioteca. Sus papás no los pueden sacar de acá”, comentó Oviedo. Y dijo que “estimamos que desde el fin de semana hasta ahora entraron a la casa unos 5.000 turistas de distintas provincias y también de San Juan”.

El amasado de pan se repetirá todos los martes de julio, por la mañana. Y los organizadores están tan conformes con el resultado de la implementación de la actividad, que están pensando en repetirla en fines de semana largos o en otras vacaciones.