San Juan.- A sus 92 años, mantiene una lucidez envidiable. Y si bien ya pasaron más de seis décadas de aquella travesía histórica, recuerda cada detalle como si hubiese sido ayer. Felix Portillo fue el primer sanjuanino en escalar el cerro Aconcagua, o al menos eso se desprende de los diarios de la época.  Su hijo Rolando guarda cada recorte, cada foto, cada recuerdo.

 

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"El 6 de diciembre de 1951, a las 23.15, partimos con Rivas – su compañero de aventura, ya fallecido – desde Plaza de Mulas. Al llegar a los 5 mil metros encontramos nieve. Hacían 25 grados bajo cero, pero no nos importaba. Llegamos a la cumbre a las 14.20. Yo no les dije a mi familia ni a mi novia lo que pensaba hacer. Ellos se enteraron cuando bajamos. Si les decía no me iban a dejar", dijo emocionado a DIARIO DE CUYO. 

 

Sin los equipamientos actuales, Félix soportó el frío con lo que él llama "capa de cebolla". Camiseta, camisa, pullover, otra camiseta y otra camisa.  "Lo hicimos bastante bien. Sólo cansancio, sobre todo a la vuelta. Caminábamos un poco y descansábamos", recordó. Durante el trayecto se alimentaron con frutas secas y agua.

 

"Pasamos frío. Cuando bajamos teníamos la cara desfigurada, toda lastimada" 

 

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Al momento del regreso, les llovieron los reconocimientos. Es que si bien no hubo un agasajo formal, Félix llegó a recibir un telegrama del mismísimo Juan Domingo Perón. "Lo guardé como recuerdo, por su valor histórico", dijo su hijo. 

 

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Felix es viudo, tiene 3 hijos, 12 nietos y 2 bisnietos. Su tesoro más preciado de aquel momento cumbre seguramente son las botas con las que escaló el cerro. Cada una de ellas pesa 1,4 kilos y en la suela tienen clavos. 

 

Ya pasaron 65 años de esa epopeya y todo en su mente permanece intacto. Junto a su amigo, escalaron el cerro más grande de América, llegando a una altura de 7.035 metros sobre  el nivel del mar, para quedar en la historia de San Juan.

 

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