El Barrio La Fraternidad. El que nació antes de la mismísima Avenida de Circunvalación. El que era concentración de los hogares de los maquinistas del Ferrocarril General Belgrano. El que estaba al lado de la YPF, donde en las décadas del "60 y del "70 venían los camiones a guardar en piletones la nafta con la que se movía toda la provincia. Un barrio típico de la zona y que servía de referente entre capitalinos y chimberos. Ubicado en la zona de Desamparados, aunque en un punto medio del ambiente futbolero de San Martín y Colón Junior.

Nació allá por el 12 de septiembre de 1955. Por un diligenciamiento de la Sociedad del Personal de Conducción de Locomotoras. Los maquinistas, como les decían a esos conductores, y los foguistas, como llamaban a quienes ayudaban a prender el fuego de la caldera de la "Vaporera", la máquina negra más antigua que la Diesel, capaz de llevar 30 vagones repletos de carga de piedras.

Para todos los habitantes del Barrio La Fraternidad -que nació con 48 casas pero después se amplió con el tiempo con viviendas colindantes- todo eso era moneda corriente. Porque los chicos -hijos de ferroviarios- nacieron y mamaron todo de la actividad.

Con calles de tierra y rodeado de parrales fue cumpliendo años el barrio. El mismo que sirvió de estacionamiento para esos camiones de YPF que hacían cola en la Av. España para entrar en el playón donde se guardaba el combustible que llegaba de Mendoza y se distribuía después en todo San Juan.

Cómo olvidar los trenes que pasaban a diario sobre la otra calle principal del Barrio: La Aguiar. Los de larga distancia y los locales. También los que iban a sacar el vino de la Bodega Graffigna para llevarlo a otras provincias. Y todos manejados por los maquinistas del barrio.

Tanto que los chiquilines, jugando al fútbol en "la canchita" (como le llamaban a un lugar en el que se juntaban a diario), ya sabían qué señal les daba el papá con el silbato del tren cuando venía manejando, para que el hijo esté preparado para agarrar lo que su padre le pasaba, como la valija, por ejemplo. Así se hacía más liviano el regreso del hombre desde la Estación tras la llegada del tren, que generalmente era en bicicleta.

Los años fueron pasando y, si bien la estructura es la misma, la fisonomía de La Fraternidad varió. Distintas comisiones de la unión vecinal fueron aportando su granito de arena. Así lograron parquización y alumbrado público, asfalto de las calles, gas domiciliario, cloacas y otros beneficios. Entre las familias más antiguas y que todavía habitan en el lugar están los Deiana, los Ojeda, los Cavalli, los Atencio, los Giménez, etc. Todas familias tradicionales. Las mismas que hoy tienen a mano el Hiper Libertad (enclavado en un antiguo viñedo) y quedaron cortados por el anillo de la Circunvalación. La avenida que los divide del otro barrio ferroviario. El segundo, que apareció a principios de la década del "70, para completar las casas de los empleados del Ferrocarril Belgrano. Ubicado igualmente entre Av. España y Salta. En cercanías de la antigua villa "La Puñalada". O como el Barrio La Fraternidad, que tenía como vecinos a los habitantes de "La Corrientes", la "Falucho" o el "Callejón Las Flores". O la "Antena Graffigna", como todos le decían a la majestuosa antena de Radio Colón, que servía de referente de la zona.

Una historia particular la del Barrio La Fraternidad, que ya lleva casi 56 años. Antiguo y referente de la zona. El Barrio de los Maquinistas. El de los silbatos de los trenes…