En la madrugada del viernes pasado, 17 personas fueron rescatadas en la inmediaciones del Parque Faunístico en Rivadavia, quienes se extraviaron en el que se conoce como "Camino del Oso", al pie del Cerro Tres Marías. Desorientados y alertados por la situación llamaron al 911 y allí entraron en acción ellos, los miembros del grupo GERAS (Grupo Especial de Rescate Acciones y Seguridad), quienes los rescataron sanos y salvos tras un operativo de cuatro horas. Ante situaciones como esta, el GERAS es el grupo de rescate que pertenece a la Policía de San Juan que se activa ante el llamado al 911. Son un grupo de elite en cuanto a tácticas de allanamiento y seguridad y a la vez todos también están preparados para la montaña.
En San Juan desde el inicio de la pandemia a la fecha, tuvieron cerca de 40 rescates en montaña. Un ascenso de casos importante según el comisario inspector Diego Morales, líder de GERAS, que encuentra su explicación en el "boom" de la práctica de trekking, sobre todo a partir de la liberación de las actividades deportivas luego de la etapa de cuarentena y más aún luego de la segunda Fase 1 tras el brote por coronavirus en Caucete.
"La gente está ávida por hacer cosas y es entendible, pero también lo que pasa es que empiezan a hacer trekking, se van planteando desafíos a conquistar y muchas veces no están preparados. Hubo casos de gente que se perdió incluso habiendo ido en un grupo con guías", explicó.
Treinta son los efectivos que integran el grupo y para cumplir con su tarea en lo que se refiere a montaña, tienen un entrenamiento específico. Incluso, en el curso de ingreso para pertenecer al grupo (del que se inscriben 50 y quedan 6), de los dos meses de duración hay dos semanas específicas con actividades orientadas a montaña.
Ya en la fuerza, el entrenamiento requiere de preparación física y mental, lo segundo sobre todo para mantener la calma ante situaciones difíciles. Esto implica un entrenamiento que requiere salidas a terreno para su conocimiento, como ascensos y descensos en la zona de las sierras de Zonda, el Parkinson, cerro La Sal, entre otros. También hacen incursiones en alta montaña, de hecho en 2010 hicieron cumbre en el Mercedario, lugar al que ascendieron siete veces. Esto también supone preparación sobre el manejo de cuerdas, mosquetones, clavos, conocimientos sobre RCP, desfibrilador, primeros auxilios y medicina pre hospitalaria. Al respecto también han tenido capacitaciones específicas en el área de emergencias del Hospital Rawson, como uso de sueros para hidratación.
En terreno un GERAS nunca debe olvidar tener preparado su equipo, en particular una mochila que estará provista de agua, botiquín de primeros auxilios, desfibrilador, medicamentos, apósitos, cuerdas, clavos y mosquetones, entre otros. "Los equipos son chequeados en la base en forma diaria, al igual que el estado de la cuerdas por ejemplo, todo tiene que estar a punto para la emergencia, nuestro lema es "estamos aquí para salvar vidas" y en función de eso nos debemos preparar y actuar", puntualizó Morales. También forma parte del equipo la camilla de plástico para el traslado de personas y una que va sostenida en una sola rueda que les permite deslizar la camilla en superficie.
Para actuar en terreno cuentan con camionetas doble tracción, dos cuatri (con los que pueden trasladar camillas) y 8 motos entre Yamaha y Honda Tornado. Recientemente también incorporaron drones de gran tecnología y autonomía que fueron provistos por el Gobierno de la provincia.
"Todo se define una vez que llegamos al lugar y con la intención de dar una respuesta rápida, ha habido rescates que inicialmente se planteaban como sencillos y terminaron complicados", dijo Morales. Es así que la intervención de GERAS puede darse sola o con el acompañamiento de otras entidades o grupos, dependiendo de la complejidad del rescate. Por eso han contado con la colaboración de la gente de Club Andino Mercedario, la dirección de Protección Civil, Bomberos y Naútica.
"Siempre depende de los casos y siempre estamos agradecidos de todos quienes puedan ayudar, creo que todos coincidimos que el objetivo es salvar vidas", cerró Morales.
La ley le exige un pago al rescatado, pero no se cumple
"Necesitamos que la actividad de rescate esté regulada y que haya algún tipo de sanción porque la mayoría de las veces son por negligencia", dijo al respecto el comisario inspector Morales. En 2010 la Cámara de Diputados provincial sancionó la ley 8.156 que regula las actividades deportivas en contacto con la naturaleza, definición dentro de la cual están comprendidas actividades como trekking, deportes de invierno, cabalgatas, deportes de agua y deportes de aire. En su artículo 6 y en referencia a las normas de seguridad general, la ley dice que "las personas físicas o jurídicas que realicen las actividades comprendidas por la presente ley, deberán tener un seguro destinado a la cobertura de los gastos y daños que se produzcan a raíz de ellas. Quienes incumplan cualquiera de las normas mencionadas deberán solventar en forma personal íntegra y exclusiva los gastos en que se incurriere como consecuencia de ese incumplimiento". En cuanto al seguro, no hay definiciones. Hubo intentos por establecer un piso que tenga que pagar el deportista en caso de sufrir una contingencia. En el año 2011 se buscaba cubrir gastos de traslado y asistencia médico-farmacológica en caso de accidente (lo que se considera costos de rescate) como base de $20.000, pero no llegó a concretarse.
A juzgar por lo que se publica en los medios y por las numerosas intervenciones que ha tenido GERAS, en la práctica no se cumple. Cuantiosos recursos económicos y humanos se ponen en marcha por el Estado para rescatar a una persona. Sin ir más lejos, movilizar el helicóptero provincial en casos de difícil acceso cuesta una fortuna, ya que 1 hora de helicóptero cuesta cerca de 3.000 dólares. Estos rescatistas incluso han hecho llegar al municipio de Rivadavia, que concentra gran parte del movimiento del deporte aventura, sugerencias para cartelería con el fin de "prohibir" el acceso a Las Coloradas (pasando el paredón del dique), un lugar de gran concurrencia, donde suelen ocurrir accidentes y donde el descenso para rescatar a una persona fracturada (en el mejor de los casos) resulta una tarea titánica. "Es complejo por las características de la superficie y porque al descender hay que evitar el golpeteo por el dolor de la fractura de quien se rescata. Es un ejemplo simple pero da una idea de todo el esfuerzo que significa", dijo Morales.