Fanático. Gustavo Leguiza subió al oratorio de espaldas y sin remera para cumplirle a la Difunta la promesa que le hizo si la Selección de fútbol ganaba el Mundial. 

 

Este año, Jorge Durán quiso evitar la odisea de encontrar un espacio disponible en el paraje donde ubicarse junto a su familia y poder seguir cumpliendo la promesa de visitar la Difunta Correa para Semana Santa. Es por eso que decidió adelantarse. Y fueron varios los devotos que este año acamparon desde la tarde del Jueves Santo para poder asegurarse un espacio y realizar las diferentes actividades con comodidad y sin padecer el amontonamiento. Desde la Fundación Vallecito dijeron que entre Jueves y Viernes Santo unas 35.000 personas pasaron por el oratorio, 15.000 lo hicieron el jueves y otras 20.000 el día de ayer.

Rendidos. Los peregrinos se tiraron a dormir en el suelo tras la larga caminata.

 

Las primeras luces de la mañana de ayer mostraron una imagen sorprendente en la Difunta Correa y que demostró la devoción de la gente por esta mujer a la que se le atribuyen milagros. A las 7,30 ya casi no había lugar disponible donde ubicarse, ni siquiera en los alrededores de la zona central del predio. Es que miles de promesantes, en familia o con amigos, llegaron el día anterior para acampar. "Sabemos que cada Viernes Santo es casi imposible hasta caminar en la Difunta, por eso decidimos acampar desde el jueves. Y esto nos dio buenos resultados porque pudimos ubicarnos al lado de la zona comercial, cerca de los baños y del oratorio al que visitamos anoche -la del jueves-. Pudimos subir tranquilos", dijo Marisa Rodríguez, quien con un grupo de amigos visitó la Difunta para pedir por la salud y el trabajo.

Visita. Sandra Montivero llegó de La Rioja para dejarle un regalo a la Difunta.

 

Otra de las postales diferentes que mostró ayer el paraje fueron las escaleras sin las tradicionales filas interminables de devotos esperando hasta más de 15 minutos para poder ingresar al oratorio, tocar la imagen de Deolinda y prender las velas en su honor. Como muchos de ellos lo hicieron la noche anterior, el movimiento fue más tranquilo y fluido. Y esto alivió un poco el sacrificio que hicieron los promesantes que subieron la escalinata de rodillas y de espaldas, porque pudieron hacerlo sin detenerse por el aglomeramiento.

Para garantizar el orden y una circulación más fluida en el paraje, la Fundación Vallecito designó este año zonas de acampe. Pero la medida no prosperó. Fue tanta la gente que decidió acampar en el lugar que había carpas en el ingreso de Vallecito, en los pies de la capilla, en la cima de las lomas más bajas y hasta en el estacionamiento. "Nosotros llegamos a las 8, pensando que íbamos a encontrar lugar fácilmente, pero nos equivocamos. A esa hora ya estaba todo repleto así que no nos quedó más opción que armar la carpa al lado del auto, en el estacionamiento", dijo Sergio Castro, que llegó a Vallecito junto a su familia.

 

CELEBRACIÓN

Ayer a las 15 se llevó a cabo la Celebración de la Pasión del Señor, en la Capilla de Nuestra Señora del Carmen, que se encuentra en el paraje de la Difunta Correa. En esta actividad pudieron participar todos los devotos y promesantes que asistieron al oratorio para manifestar su fe.

 

Por la salud de su hijo
A las 22,30 del Jueves Santo, Rocío Atampiz y Manuel Galleguillo partieron de Caucete hacia la Difunta, empujando el changuito donde iba Bautista, su hijo. El sacrificio lo hicieron para cumplir la promesa que hicieron cuando el bebe nació con problemas coronarios.

 

Bomberos y devotos
Sergio Moreira y Diego Díaz comparten la vocación de servicio y la devoción por la Difunta Correa. Son bomberos voluntarios y por primera vez decidieron ir en bicicleta al oratorio. Partieron a las 3,30 desde Pocito para agradecer por la salud y el trabajo.

 

De vuelta a peregrinar
Alberto Sánchez peregrinó por 12 años hasta la Difunta Correa, desde Rivadavia, para cumplirle la promesa que le hizo hace 20 años cuando nació su hijo con problemas de salud. Hace 8 años que dejó de hacerlo por distintas razones, pero ayer volvió al ruedo.
 

 

Este año hubo menos peregrinos que antes, pero con mucha fe

La madrugada del Viernes Santo también mostró una imagen diferente en la Senda del Peregrino. A diferencia de otros años, esta vez fueron pocos los promesantes que se animaron a caminar hasta el oratorio. Pero sí lo hicieron con mucha fe.

Alberto Sánchez decidió caminar solo hasta la Difunta Correa para cumplirle una promesa, pensando que se iba a encontrar varios promesantes en el camino. Aunque no sucedió. "Otras veces que peregriné me encontré con muchos promesantes a lo largo de la Senda del Peregrino, por eso esta vez me animé a venir solo, porque si me pasaba algo iba a haber alguien para ayudarme. Pero llevo varios kilómetros recorridos y sólo encontré a chicos que van en bicicleta. Pero mi fe en la Difuntita es más fuerte que todo, así que voy a seguir adelante", dijo el joven.

Por su parte, Fabio Luna, agente preventor que formó parte del operativo de seguridad que se montó en la zona de la báscula, sobre Ruta 141, también dijo que fueron muy pocos los promesantes que pasaron caminando rumbo a la Difunta. Y que en esta ocasión fueron más los ciclistas los que hicieron este camino.

Años antes, los paradores en la Senda del Peregrino fueron ocupados por los caminantes. Esta vez estuvieron vacíos.

Como contraste, en el hubo paraje una mayor cantidad de colectivos, minibuses y combis privadas que ofrecieron el servicio de traslado de pasajeros, ya que allí sí había miles de personas.