Las escuelas sanjuaninas van a continuar en el 2018 promoviendo el uso de las herramientas que ofrecen las nuevas tecnologías en las aulas, y los kits de robótica seguirán siendo indispensables para esa tarea. Pero la diferencia es que en el nuevo ciclo lectivo usarán para esta enseñanza a “Robustito” un kit diseñado y fabricado íntegramente en San Juan.
Los artífices son tres jóvenes emprendedores que se animaron a confluir sus conocimientos de diseño, electrónica y bioingeniería y crearon un conjunto de piezas versátiles para ensamblar según el ingenio del alumno. Se presentaron a la licitación del Ministerio de Educación de la provincia en diciembre del 2017 para el programa “La escuela sale del aula” y ganaron la provisión de esos elementos para el 2018.
Por fuera de la licitación, el grupo ya concretó la venta de un kit al colegio San Vicente de Paul.
Sus kits de robótica no sólo que cuestan la mitad de los que se compran en Buenos Aires o se importan de China, sino que además permitirán realizar modificaciones, son más durables y aptos para resistir el maltrato que les van a dar los chicos. Sus inventores son José Saball (36), electrónico; Camila López (27) estudiante de bioingeniería y Facundo Vila (32) diseñador industrial y docente. El trío se asoció en una pyme que por primera vez proveerá de 82 kits de robótica para escuelas primarias y secundarias fabricados con tecnología de impresión en 3D. “”El grupo fue con el desafío de no revender, sino de fabricarlo.
Y hacerlo comercialmente competitivo, más barato que los otros. Robustito cuesta 8.500 pesos y por los que vienen de afuera el Ministerio de Educación debía pagar el doble”, cuenta José. No es todo, sino que debido a las innumerables piezas que se deben elaborar, han derramado el trabajo: crearon una Red de Impresión 3D al contratar a 12 personas que cuentan con estos equipos en la provincia para que impriman las piezas con la misma calidad y un proceso de homologación determinado. “”El kit es 100% fabricado en 3D y requiere de un gran volumen de piezas y muchas horas de impresión. Por eso apelamos a una red de proveedores y el proyecto es más sólido porque no lo mantenemos sólo nosotros tres sino que habrá 12 promotores más del proyecto para que esto continúe. Lo que parece una desventaja a nivel productivo para poder cumplir, en realidad es nuestra fortaleza”, explica Facundo.
En realidad el equipo podría haber hecho una matriz para las piezas y reproducirla a la manera industrial pero eso le habría quitado su principal cualidad. Es que al ser hechas en 3D las piezas pueden modificarse y reproducirse sin que intervengan sus creadores. “”El colegio o institución que recibe el kit puede replicar los modelos con una impresora 3D, tiene los derechos para reproducir las mismas piezas o modificarlas si es que quieren hacer una mejora.
Y si la comparten, todos podrán adquirirla. O sea aspiramos a crear una comunidad, un foro donde cualquier persona aporta y se nutre”, agrega Camila. Como el objetivo del grupo es expandir el conocimiento, el software del kit también es de uso libre. Otra característica de Robustito es que tiene un diseño propio de estructura que permite configurar muchas posibilidades de armado de elementos, porque el fin de los inventores es que el niño no encuentre limitación para armar cosas.
El grupo de jóvenes se conoció hace dos años cuando acudieron a una convocatoria del Ministerio de Producción al abrir San Juan Tec, el nicho creado por el gobierno para difundir la “Economía del conocimiento” mediante el uso de las tecnologías. Facundo y José ya venían trabajando hace 9 años juntos para la Fiesta del Sol, haciendo utilería para el espectáculo final y en la construcción de carruajes y stands. “”Yo aporté el taller y mi capacidad constructiva y Facundo aportó su diseño”, dijo Saball quien por 8 años fue asistente técnico de la fiesta. Camila pertenecía al grupo de robótica de la Facultad de Ingeniería y al entrar a San Juan Tec tuvo que fabricar impresoras 3D con quienes se convertirían en sus futuros socios. El aporte de la mujer del grupo fue clave por su experiencia como docente en los CAJ (Centros de Actividades Juveniles) dictando robótica y su conocimiento de los productos y empresas que hay en el mercado, sus virtudes y desventajas.
CAMILA LÓPEZ
Estudiante de Bioingeniería
“La idea fue suplir las desventajas con las que nos topamos dando clases con kits estándares, que normalmente están limitados en número de sensores, capacidad de conexión o baterías; y fabricamos esto que es más versátil”.
FACUNDO VILA
Diseñador industrial
“Quien fomentó que trabajemos en este proyecto fue Alejandro Moreno (secretario de Política Económica), porque está consciente de dónde hacer el esfuerzo para sacarle provecho a la tecnología. Es quien vio la veta en el proyecto”.
JOSÉ SABALL
Electrónico
“”Conocíamos de tecnología y de las potencialidades de robótica en el sistema educativo que en otras partes del mundo nos llevan mucha ventaja. En San Juan hay gente que la está desarrollando y fue natural, al encontrarnos, decir por qué no intentamos algo”.