No les importa si hace frío, llueve o hay viento Zonda. Lo único que les interesa es cumplir con sus dos pasiones: ayudar a los más necesitados y recorrer las calles de San Juan en sus propias motos. Misión cumplida. Es un grupo de agentes policiales que desde hace más de un año viajan por la provincia llevando ropa, calzado, alimentos y juguetes a familias carenciadas. El mes pasado recibieron un premio por su tarea solidaria.

Los integrantes del Movimiento Solidario en Dos Ruedas no descansan. Hace un par de meses viajaron a La Planta, en Caucete, para llevarles ayuda a las familias que habitan en el lugar, y ya están trabajando en las dos próximas campañas. El objetivo de una es juntar dinero en efectivo para comprar una remera, un jean y un par de zapatillas nuevos y regalárselos a un chico de 14 años y de escasos recursos que padece una enfermedad terminal. La otra, es para ayudar a los alumnos de dos escuelas de la localidad iglesiana de Las Flores.

"Desde que nos agrupamos para hacer solidaridad no hemos parado -comentó el cabo Sergio Argüello-. Al principio veíamos los noticieros y escuchábamos la radio para enterarnos de quiénes necesitaban ayuda en forma urgente. Así trazábamos nuestro mapa de ayuda. Pero ahora, que ya nos conocen, la misma gente nos pasa esa información".

Según Argüello el grupo de a poco va creciendo. A los nueve socios fundadores se sumaron otros jóvenes que, si bien tienen una profesión diferente, también comparten la pasión por las dos ruedas y la solidaridad. Y por la fe. "Siempre viajamos encomendándonos a la Virgen de la Rosa Mística, que es nuestra Patrona -contó Argüello-. Y a cada lugar que vamos llevamos una imagen de ella también de regalo para que esta gente que tiene miles de necesidades se sienta protegida y amparada".

El Movimiento Solidario en Dos Ruedas trabaja con logística. El cabo Argüello explicó que primero hacen un viaje al lugar donde viven las personas que van a ayudar, para determinar sus necesidades reales. Y que después de eso vuelven a viajar, para entregar las donaciones. "Cuando viajamos al pueblo de La Planta vimos que los chicos tomaban la copa de leche en la escuela, entonces decidimos llevarles a ellos otra cosa además de ropa y útiles -recordó Argüello-. Les llevamos juguetes y juguitos en caja que nunca antes habían probado".

Los miembros de este grupo no salen a pedir donaciones para ayudar a los pobres. Las obtienen de sus propios familiares, compañeros y amigos, quienes reciben a cambio un video de cuando se hace la entrega de los regalos. "A veces recibimos tanta colaboración que las motos nos quedan chicas y tenemos que contratar hasta un colectivo -dijo el policía-. Y esa es nuestra mayor recompensa y lo que nos motiva a seguir adelante con esta tarea".