Los campings fueron otros de los sitios elegidos para celebrar el Día de la Primavera. Pero el clima que se vivió en ellos no fue igual. Por un lado, una multitud eufórica invadió el camping de Ullum, a la espera del plato fuerte: el cuartetero Damián Córdoba, mientras que en Don Bosco y en Rivadavia reinó la tranquilidad.
Estos fueron los destinos elegidos por la gente que no fue ni al dique ni al Parque. Y la mayoría fueron familias. Ese fue el caso del de Ullum, donde una postal frecuente fue la de los papás disfrutando el día con sus hijos. Mientras que en el camping de Rivadavia fueron los estudiantes los que coparon el lugar. Algunos se animaron a acampar desde el día anterior y contaron que pensaban quedarse hasta hoy.
Mientras que el Ullum congregó unas 3.000 personas, el de Rivadavia sumó 1.400. Y en Don Bosco, Santa Lucía, hubo casi 200. Para quienes optaron por asistir a tierras ulluneras, esa fue la única fiesta que vivió ayer. Pero diferente fueron para los que fueron al camping santaluceño y al de Rivadavia.
Es que ni bien se entró el Sol, los chicos dejaron la tranquilidad entre los parrilleros y emprendieron el viaje hacia la ciudad para disfrutar de los espectáculos musicales que se montaron en el Parque de Mayo.
Uno de los condimentos en común que tuvieron estos sitios fue que casi no decomisaron alcohol. E inclusive, no fue usual ver a la gente ingiriendo bebidas alcohólicas dentro del predio. Lo que abundó fueron las gaseosas y muchas pizzas y sánguches.
Quienes optaron por estos campings llegaron cerca del mediodía y la mayoría lo hizo en vehículos particulares. En todos los sitios hubo música, escenarios y mucha diversión. Los más osados optaron por el baile, pero también hubo jóvenes que se contentaron con jugar a las cartas o tocar la guitarra.

