La crisis económica que actualmente afecta al país también y que generó angustia en la población, también fue el disparador para que resurgieran algunos oficios. Esto se debe a que mucha gente, por falta de recursos o para ahorrar, se ve obligada a hacer reparar algunas pertenencias antes que reemplazarlas por una nueva. Así lo confirmaron Jésica Luna, modista; José Gómez, zapatero; Javier Carranza, reparador de televisores; y Víctor Ante, bicicletero, quienes afirmaron que en lo que va del año incrementaron la clientela y el trabajo.

Jésica Luna desde hace unos diez años se dedica a la costura. Siempre tuvo trabajo, pero desde enero pasado se incrementó. Dijo que cada semana tiene dos o tres clientes nuevos que la contratan para cambiar cierres hasta para transformar una prenda con miras a seguir usándola. "Ahora la gente no viene a que le confeccione una prenda nueva, sino a que le recicle una usada. Una clienta trajo una blusa mangas largas para que se la hiciera mangas cortas y poder usarla en esta época de calor. También traen prendas que tenían en desuso y guardadas hace muchos años para que se las transforme agregándoles algunos detalles", dijo la modista.

José Gómez, zapatero, también tiene más trabajo desde principio de año, aunque tuvo que ingeniárselas para mantener la clientela. Dijo que para esto decidió cobrar lo mismo por su trabajo, pese a que aumentó el precio de los insumos que usa. Agregó que prefiere ganar menos para ayudar a la gente.

 

>De todo para reparar

José Gómez, zapatero, dijo que actualmente hay clientas que le llevan hasta carteras para que les cambie el cierre o las lustre para que recobren su utilidad. Algunos clientes también le compran zapatos de trabajo usados que tiene en venta.

 

Gómez dijo que "hay mujeres que traen los zapatos escolares de cuatro hijos para que se los arregle y veo el sacrificio que hace para pagar el arreglo. También me traen mochilas para que les cambie el cierre o refuerce las costuras para que los chicos las puedan seguir usando".

Para Javier Carranza, reparador de televisores también creció la clientela. Dijo que actualmente conviene reparar un televisor antes que renovarlo, tanto por la diferencia de precios como por la calidad. "Un televisor puede costar 10.000 pesos y el arreglo unos 1.500. Además, los nuevos modelos están pensados para una vida útil menor de dos años por la mala calidad de los insumos que usan para fabricarlos. Cuando los reparo les coloco repuestos de primera calidad que le asegura unos 10 años de funcionamiento", dijo.

En la bicicletaría de Víctor Antes hay un movimiento permanente de gente porque más personas llevan su bicicleta a reparar. Son personas que empezaron a usarla como medio de traslado para ahorrar nafta. "Muchos me comentan que volvieron a usar la bicicleta para llevar a los chicos a la escuela o para trasladarse al trabajo al menos dos veces a la semana, lo que les permitirá gastar menos nafta. Pero está tan mala la situación que hay clientes que me dejan el rodado y lo retiran a las dos o tres semanas de estar listo porque no tienen plata para pagar el arreglo", dijo Ante.

 

 

 

 

El arte de la remodelación

Jésica Luna, modista, dijo que su clientela actual está conformada especialmente por mujeres que buscan remodelar alguna prenda para poder seguir usándola. Dijo que también le llevan mochilas escolares para que les cambie el cierre o le agregue algún detalle decorativo.

 

 

 

 

Un regreso a otras épocas

Javier Carranza, reparador de televisores, dijo que actualmente no sólo repara televisores Led últimos modelos, sino también aquellos antiguos con imagen en blanco y negro y que funcionaban con tubo. Agregó que estos aparatos son de muy buena calidad.