La concentración de chicos frente a la Catedral confundió a los peatones que pasaban por el lugar y que no sabían de qué se trataba el evento. Algunos creyeron que la Selección Nacional estaba a punto de jugar un nuevo partido del Mundial por la cantidad de niños con camisetas, banderas y gorros celestes y blancos; mientras que otros hasta se imaginaron que se trataba de un carnaval de invierno por los sombreros multicolores y los bombos y platillos. Pero se equivocaron. Era la XXVIII Peregrinación de Niños a Fátima que, a pesar de contar con menos de la mitad de concurrencia que el año pasado, pobló las calles de color y alegría. Esta caminata iba a realizarse el pasado 15 de mayo, pero se suspendió a causa de la lluvia.
El barullo que hicieron unos 1.500 niños fue ensordecedor. A pesar de ser menos de la mitad que el año pasado (en el 2009 participaron unos 3.500, según datos de los organizadores) el entusiasmo fue incalculable. Los chicos de la parroquia Cristo Rey, de Caucete, hicieron la previa saltando y entonando canciones religiosas, alternadas con cánticos de apoyo a la Selección. Mientras, sus pares de la parroquia de Andacollo, de Chimbas, bailaron al son de la batucada con sus sombreros de colores flúo. Pero todos enmudecieron cuando aparecieron los pequeños y jóvenes de la Parroquia de Santo Domingo, también de Chimbas. Llegaron tirando un carro con dos altoparlantes porque querían hacerse oír.
A pesar de que cada grupo interpretaba sus propios cantos, al momento de comenzar la peregrinación unieron sus voces para cantarle a María. Actitud que mantuvieron durante las casi 2 horas de caminata hasta Fátima, donde participaron de la misa.
