Son parte de la historia de Chimbas, pero para la gran mayoría de los más 70.000 habitantes del departamento pasan desapercibidos. En Chimbas sólo existen dos relojes de edificios que atestiguan el paso del tiempo, montados en dos de los complejos más emblemáticos del departamento, la Municipalidad y la parroquia Nuestra Señora de Andacollo. Un historiador investigó sobre los relojes y afirmó que aunque tienen un gran valor cultural, hoy por hoy nadie puede volver a hacerlos funcionar. De hecho, la persona que por ejemplo ponía en hora uno de los aparatos falleció, llevándose consigo el secreto de su labor.

Uno de los relojes está sobre una estructura que antiguamente era una especie de depósito de agua en el edificio comunal, a unos 6 metros de altura. Sólo es posible observarlo desde el Norte. Según el intendente Mario Tello, fue colocado a fines de 1950 y fue por decisión del Ejecutivo provincial, quien también ordenó colocar otro similar en la Municipalidad de Santa Lucía.

De acuerdo al historiador chimbero, Rubén Guzmán, ese reloj era eléctrico y tenía piezas de bronce, mientras que por las noches también podía consultarse la hora, ya que tenía iluminación interna. Fue traído desde Europa, posiblemente de Alemania o Francia, y que la dificultad para reemplazar piezas lo dejó obsoleto. "Además, quien lo arreglaba era un relojero de Capital, que ya no vive. Es posible además que con los años también se hayan perdido partes de la maquinaria’, contó. De acuerdo a las averiguaciones del historiador, es incierto el año en que dejó de funcionar ese reloj. El intendente Tello informó que alguna vez intentaron ver si el reloj era recuperable, pero las dificultades para llegar al aparato y especialmente la ausencia de un especialista que supiera trabajar sobre el obsoleto mecanismo frenaron la iniciativa.

El otro reloj está en el campanario de la parroquia de Chimbas, también frente a la Municipalidad pero por calle Mendoza. El principal templo comenzó a construirse entre 1968 y 1970 por iniciativa del fallecido sacerdote López Soler, ya que por entonces la feligresía de Chimbas dependía de la Inmaculada Concepción. Una familia donó el terreno y la parroquia fue levantada con el aporte de la comunidad y de la Municipalidad, con un reloj proyectado en el campanario. La obra fue inaugurada el 9 de marzo de 1986. "El reloj del campanario funcionó hasta el año 2000, cuando la única persona que sabía ponerlo en hora ya no pudo seguir subiendo las escaleras, por su edad. Este señor estaba vinculado a la parroquia y aparentemente a él le enseñaron cómo manejar la máquina, pero falleció sin revelar su trabajo. En la iglesia trataron de hacer funcionar de nuevo el reloj, pero hasta hoy no encuentran a nadie que pueda hacerlo’, expresó Guzmán.