Mónica Muris llegó a su escuela por primera vez desde que comenzó el ciclo lectivo. Primero se abrazó con uno de los porteros y luego empezó a caminar por sus aulas, vacías. Después de más de un mes, la docente pudo acceder al establecimiento y ver en qué estado estaba, pues por las lluvias que arrasaron caminos y dejaron peligrosas pasadas de ríos, ni ella ni las cuatro maestras de la escuela Julieta Sarmiento lograron ingresar a La Majadita, en Valle Fértil. Los 50 alumnos de esa localidad aún no pueden empezar las clases y en la misma situación se encuentran unos 90 más de los poblados vallistos de Las Juntas, Los Bretes, Sierras de Chávez y Los Valencianos, también por la dificultad del personal docente para acceder a los establecimientos. A dos meses de las lluvias que azotaron la provincia y que obligaron a retrasar el inicio del ciclo lectivo al 10 de marzo, en esos parajes de Valle Fértil directamente nunca empezó y los chicos ya llevan perdidos 23 días hábiles de clases.
Si bien Vialidad Provincial se encuentra trabajando sobre los caminos, los daños son muy graves y las tormentas de hace poco más de una semana volvieron a afectarlos. Por ejemplo, la vía tradicional y por la que incluso pasaba el Safari tras las Sierras que une San Agustín con La Majadita (ruta 523) ya no existe más en algunos sectores. Ahora hay inmensas aberturas en la tierra, que evocan grietas generadas por terremotos.
Tampoco hay caminos para llegar a la escuela Reconquista de Buenos Aires, en Las Juntas, que tiene nueve alumnos y un maestro-director. De las 49 pasadas de agua, muchas aún tienen correntadas agresivas y allí no sólo es válido el arribo de la figura del docente, sino también de las cargas en mulas que lleva consigo: la comida de los alumnos y 9 garrafas de gas para cocinarla, lo que dificulta aún más el ascenso.
En la Franklin Rawson de Los Bretes la huella estuvo dañada y si bien fue mejorada recientemente, no tenían agua potable; mientras que en la escuela Sargento Cabral de Los Valencianos el acceso sufrió varios cortes, a la vez que tampoco había agua pues una creciente arrastró las cañerías. En tanto, para llegar a la escuela Magallanes, de Sierras de Chávez, directamente propusieron hacer un puente aéreo con un helicóptero trasladando a las docentes, pero la medida no prosperó en el Ministerio de Educación pues consideraron que no estaba garantizada la continuidad y periodicidad de los vuelos, informaron desde ese organismo.
’Los niños quieren empezar, si hasta los guardapolvos planchados tienen guardados. Siempre fue difícil llegar a la escuela por el río, pero ya pasó un mes y siento que nadie piensa en nosotros’, apuntó Raquel Burgoa, madre de Matías y Alexis, alumnos de la escuela Lanteri, de La Majadita.
En ese poblado, lo único que hicieron los chicos desde el 10 de marzo de pasado es completar unos apuntes en fotocopias que para cada alumno realizaron las maestras en San Agustín y que estuvieron enviando a través de baqueanos. Pero se trata de un repaso de lo aprendido el año pasado, pues necesariamente deberán esperar a que empiecen las clases para dar los contenidos nuevos. ‘Es demasiado tiempo sin clases y la verdad que no sólo no nos dicen si nuestros hijos van a empezar con la escuela algún día, sino que tampoco sabemos cómo van a recuperar el tiempo perdido’, se preocupó Nélida Calívar, otra de las madres de La Majadita.

