La garra aplicó presión y trozos gigantes de mampostería cedieron como si las paredes fueran naipes. Y mientras más grandes eran las partes que caían, más se estremecía el piso. Con una máquina de gran porte, la empresa encargada de tirar abajo el viejo pabellón de Traumatología del Hospital Rawson comenzó ayer la última fase de la demolición. Esta empresa es la misma que derribó Maternidad en el mismo centro de salud (ver aparte), y en un lugar donde no se puede hacer mucho ruido, esa experiencia es clave para realizar la tarea. Los especialistas estiman que completar la demolición de esa mole de 2.250 metros cuadrados tardará una semana.

La Jhon Deere D200 extendió su brazo hidráulico y empezó primero a derribar el cielo raso, por lo que decenas de maderas empezaron a crujir y arrastraron las estructuras de hierro que las sostenían, que se doblaron como alambres. Luego, la garra metálica rasgó las paredes o las golpeó de costado, siempre con movimientos hacia el interior del edificio (el objetivo era justamente eso, que no salten partes hacia afuera) y cayeron con facilidad.

Matías Lima tiene apenas 25 años, pero hace 8 años que es maquinista. El hombre es el encargado de la oruga mecánica y fue el mismo operario que derribó Maternidad. Ayer recordó que cuando era niño, pasó por Traumatología luego de una fractura en un dedo de su mano, la misma que ayer manejó los controles del aparato demoledor. "Me atendieron en control y en rehabilitación, pero era muy chico y tengo pocos recuerdos del lugar. A lo mejor por eso no me genera nada hacer este trabajo’, contó el vecino de Santa Lucía.

Junto a la máquina trabajó constantemente un operario regando los escombros (en la calle lateral hubo un camión tanque abasteciéndolo), para evitar que se levantara demasiada tierra y polvo. Parte de lo que no podía aplacar el agua, quedaba adherido a la tela media sombra que envuelve al edificio, en un perímetro de 8 metros de altura.

A medida que la excavadora tiraba paredes, el maquinista armaba una superficie con los escombros, para que sus patas en forma de oruga avanzaran por encima. Y una vez reposicionada, acometía con más paredes hacia el interior.

Entre mañana y el jueves, los demoledores harán entrar sus camiones para retirar lo derribado, que será todo el ala Noroeste. Con más espacio disponible, la máquina irá luego tirando paredes hacia el Este. Creen que para el viernes, nada quedará en pie.

El edificio que están demoliendo cobijó en su interior la primera sala de cirugía sanjuanina, en 1911, por lo que se lo reconoce como el "pabellón fundacional’ del hospital. Fue recién en 1924 que el complejo se convirtió en el Servicio de Traumatología, cuando el Rawson ya se había expandido a su ubicación actual sobre avenida Rawson.

La empresa encargada de tirar abajo toda esta estructura comenzó a trabajar el 20 de julio pasado, para dejar el camino allanado hasta la intervención de la máquina. Por eso, antes anularon cañerías, retiraron los objetos que había en su interior (desde camillas a prótesis ortopédicas) y sacaron el techo y los aberturas.