El objetivo primordial es ayudar al otro. Sin importar el lugar y poniendo al servicio de la comunidad los conocimientos adquiridos en la Universidad. Es por eso que un grupo de 14 estudiantes, diez de la carrera de Ingeniería y 4 de Arquitectura, más un grupo de docentes están trabajando en la realización de cursos de capacitación para que los habitantes de Mogna, en Jáchal, puedan construir o reacondicionar sus casas del modo más seguro posible. Este es uno de los ocho proyectos aprobados que tiene la provincia y que se encuadran bajo el Programa de Voluntariado Universitario y que depende de la UNSJ. Ya están abiertas las inscripciones para presentar nuevos proyectos.

‘La iniciativa de trabajar en la localidad jachallera surgió de un habitante de aquella zona, Lorenzo Valdez, que es el presidente de la Asociación de Agricultores y Familias de Mogna. El pedido de colaboración se realizó con la intención de mantener en pie las viviendas de adobe y así continuar con la historia del lugar. Allá las casas sufren mucho el daño por el agua y nos pareció importante poder darles una mano. Además de esta forma los alumnos adquieren la experiencia del trabajo‘, contó la arquitecta Laura Herrera, quien es la responsable del proyecto y la subdirectora del Circot (Centro de Investigación para Racionalización de la Construcción Tradicional) que pertenece a la Facultad de Ingeniería. Las tareas se iniciaron en septiembre del año pasado y seguirán hasta fines del presente año.

El primer paso que se dio para implementar el proyecto, fue el relevamiento de los habitantes y de las viviendas, para conocer a ciencia cierta la problemática del lugar. Una vez que los estudiantes terminaron con la investigación, todos los esfuerzos se volcaron a la confección del curso. El mismo fue orientado a la enseñanza de cómo hacer adobes y de la mejor forma de utilizarlos en la construcción de casas. Con la idea de que sean lo más resistente posible al agua y a los temblores. Una vez que se finalizó con esta etapa, el trabajo de los alumnos se centró en el seguimiento de las obras y demás consultas. En estos momentos los estudiantes realizan una visita al mes para controlar cómo van los trabajos.

Todo el gasto que tienen los estudiantes, que cursan el quinto año de Ingeniería y el cuarto de Arquitectura, son cubiertos con el aporte del Programa de Voluntariado. En este caso, ya se les pagó una primera cuota de 12 mil pesos y esperan el resto para completar los 24 mil pesos.