Aunque esta historia no concluyó todavía, el sueño del final feliz (es decir el ascenso) todavía tiene sustentos en la realidad, ya que con la plaza de promoción que se aseguró ayer San Martín, es un hecho que podrá jugarse la posibilidad del regreso a primera. Esta tercera campaña desde aquella en el 2007-08 cuando enfrentó a la elite del fútbol argentino, es ya la mejor de las tres, porque se truncaron antes las chances de la vuelta, aun cuando los dirigentes utilizaron distintas estrategias y presupuestos. Será también la primera vez en la historia que el Verdinegro (salvo un batacazo en el final y le arrebate a Unión el ascenso directo) jugará una Promoción por el ascenso. Es que el ascenso que consiguió en 2007 fue a través de una eliminatoria con Huracán. Luego de la única temporada en Primera, la dirigencia apostó a un viejo símbolo del club, el Pomelo Marini, quien contó con un plantel de varias figuras, entre las que se destacaban Darío Husaín y el centrodelantero Diego Ceballos. Marini se alejó antes de terminar la primera rueda y para la segunda llegó Oscar Craviotto, quien ya había debutado como DT en el Verdinegro a principio de siglo y había realizado una gran campaña, con el ascenso en la puerta en las fechas finales. Pero la segunda etapa de Otto no pasó de la mediocridad y promediando la segunda rueda, el equipo quedó afuera de toda pelea. La estrategia para la segunda campaña fue traer a un DT con experiencia en ascenso, Enrique Hrabina, y un plantel con las mismas características. Luego del récord de puntos de un equipo en una rueda, San Martín cayó en un tobogán que ni el regreso de Teté Quiroz pudo revertir. Sin figuras descollantes, para esta temporada la apuesta inicial recayó en Darío Franco, que perdió rendimiento en la segunda rueda y entonces recayó la responsabilidad en un debutante en la categoría, como Daniel Garnero. La tercera ¿será la vencida?
