Minutos antes del acto oficial, se sirvió un almuerzo en mesas finísimamente decoradas con centros de mesa de esculturas de hielo, esculturas de pan y centros de mesa de sandías talladas. Carlos Gallardo, cheff de Alta Tecnología Alimentaria, contó que el almuerzo estuvo compuesto por 25 platos, nadie llegó a probarlos a todos. Había coctel de muzarella, de tomate desecado, cazuela de ave, cazuela de cordero con humus, pierna de ternera con salsas varias, canasta de pollo frito con papas, espuma de atún, camarones y salmón ahumado con pepinillos, entre otros platos. De postre “trilogía de texturas”, cremas de cacao, frutilla y queso. Brilló como el sol el abundante buen vino sanjuanino, tinto y blanco. De fondo, una banda acompañó con música de fondo, sin estridencias. Pero los aplausos y las fotos de todos fueron para el ingreso de las tres tortas, cargadas por los principales chefs, cada una decorada con la las banderas de Argentina, Brasil y Canadá, donde opera Yamana, y ligadas con lingotes de oro iluminados.
