No faltó nada del combo de gestos a la Gieco: dedo medio en alto contra la imagen del dictador Jorge Rafael Videla, revoleo de remeras y pañuelos de estilo hindú, pogo levantando Tsunamis de polvareda al grito de "el que no salta es un inglés" y arengas antimineras; breves reflexiones políticas entre tema y tema y un entretejido de clásicos de los ’70 en adelante, con pico de sudor en La Rata Lali, de lagrimón en Como la Cigarra y de vuelta a la sonrisa amplia en Sólo le Pido a Dios interpretado a dúo con un chico con síndrome de Down. ¿Hacía falta algo más para que ayer la segunda madrugada fuera contundente en la Fiesta de las 2 Puntas? No. Ni siquiera buen clima. Mientras a la apertura fueron sólo algunos miles de personas, la noche del sábado y primeras horas de ayer, con mucho menos frío y una brisa del Sur apenas insinuada, el conteo oficial era de 17.000 entradas vendidas en el predio de Rivadavia.

Era evidente que la actuación de León Gieco revertiría la opacidad por el clima duro de la primera noche. Pasadas las 23 del sábado, casi todas las sillas del predio estaban ocupadas, en el patio de comida había que sacar turno y afuera todavía había una cola que se extendía por unos 50 metros, doblaba y seguía otros 100. Mientras, algunos vecinos se las habían ingeniado para no perderse el show desde el techo de sus casas, donde habían ubicado mesas y sillas plásticas. Y a medida que el cantante sacaba del bolsillo unos cuantos inefables de la talla de Hombres de Hierro, El Fantasma de Canterville, En el País de la Libertad, La Mamá de Jimmy, Cachito, Bandidos Rurales, Los Orozco y El Angel de la Bicicleta, de la primera a la última hilera de sillas se veía a niños, adolescentes, jóvenes y cincuentones siguiendo casi todas las letras y bailando. Aún el carácter acústico de Gieco generó electricidad pura en el público durante las dos horas que duró su show.

En la carpa de la elección del Talento Sanjuanino debieron esperar a que terminara el santafesino para poder empezar la segunda clasificatoria, que pasadas las 4:30 de ayer ya tenía a 6 finalistas (ver al pie) que se suman a los 5 que esperaban competir con ellos esta madrugada, en el cierre de la fiesta. Y como entremés, la segunda velada disparó misceláneas dignas de un marco, como la distinción otorgada a los 29 montañistas que, en 1964, cruzaron por primera vez el camino trasandino de Agua Negra a pie, cuando su traza era apenas una promesa.