En relación a la última competencia, en la que con su 5to puesto sumó los puntos necesarios para alcanzar su tercera corona en la categoría, tuvo un episodio accidentado con Matías Rossi, su principal competidor en la lucha por el título. “Pechito” reconoció que completó la carrera “rezando para que el auto no se parara”.
“Cuando me tocó en la parte trasera, el auto quedó a la miseria porque no lo podía llevar derecho y amagaba con detenerse el motor. Pensé que se me esfumaba la chance de ser campeón”, temió.
Por último, atribuyó parte de su éxito al “apoyo familiar” y sus métodos de “concentración”, que llevaron a considerarlo un “bicho raro” en el ambiente del automovilismo cuando regresó de Europa en 2007. “Hago control mental antes de cada carrera y me entreno físicamente como si compitiese en la Fórmula 1”, concluyó el cordobés.