Altos Valles cordilleranos

Este extenso territorio (1,3 millones de hectáreas) ubicado al Oeste de Calingasta y el limite con Chile siempre estuvo dedicado al pastoreo. Es de fácil acceso para los productores ganaderos de la Cuarta Región chilena, quienes usan las gramíneas para alimentar a sus animales durante la época estival (veranadas).

La utilización de estos campos data de la etapa de la colonia chilena, con registros de 400 mil cabezas de ganado (fundamentalmente caprinos) por temporada.

Las consecuencias son la pérdida de biodiversidad, productividad y cobertura vegetal. El deterioro que se produjo no sólo se debe al pisoteo y sobrepastoreo animal, sino también a la introducción de más de mil perros por temporada para cuidar el ganado, incendios de pastizales y sobreuso de arbustos como combustible. Esto se traduce en deterioro de los suelos y de las cuencas hídricas, que son tan importantes para la zona del valle.

Travesía del Bermejo

Esta zona se encuentra en el centro de la provincia, extendiéndose hasta el límite con La Rioja. Se caracteriza por tener escasas precipitaciones, a pesar de lo cual presentaba hasta hace algunos años una masa importante de bosques de algarrobos. Pero estos árboles fueron cortados, sobre todo en la zona de las depresiones, ocasionando la destrucción de los bosques nativos. Fue tan grotesca la tala que no pudo nunca regenerarse, y el suelo ahora presenta severa aridez, perdió totalmente la fertilidad y tiene un proceso acentuado de salinización.

Gran bajo oriental

El llamado “Gran bajo oriental” se ubica en Valle Fértil y 25 de Mayo, ocupando una superficie de 555.000 hectáreas. Esta región presenta mayor humedad debido a los ciclos de precipitaciones anuales. Su flora autóctona está compuesta por quebracho blanco, algarrobos y una buen tapiz herbáceo que en algún momento permitió una importante actividad pastoril, pero que decayó a mediados del siglo pasado por el agotamiento de los recursos naturales.

En estudios realizados en 1997 se estimó que el avance del proceso de desertificación en el gran bajo oriental era alarmante: el 20 por ciento de la superficie está afectada por una alta intensidad; un 50 por ciento por una intensidad moderada y un 30 por ciento por una baja intensidad.

En estas áreas la actividad ganadera se desarrolla con mucha dificultad por la desaparición casi completa del estrato herbáceo. Ahora la zona de mayor producción agrícola se concentra fundamentalmente en San Agustín.

Se han realizado tareas de concientización en este lugar, pero sin continuidad en el tiempo. Esto, lógicamente, relativiza los efectos de una enseñanza que promueva un mejor uso de la cuenca hídrica superior. El sobrepastoreo, los incendios de pastizales serranos producidos por los puesteros y la tala del bosque chaqueño serrano son aspectos que deben considerarse, aseguran los expertos de la UNSJ.

A la par de este proceso de deterioro y avance del desierto, los jóvenes emigran hacia la ciudad o a otras provincias, y los que quedan trabajan en su mayoría en sectores públicos. El deterioro de los recursos naturales en algunas zonas ya es un hecho, y, como dicen los investigadores, “va de la mano de la pobreza”.