San Juan, 14 de abril.- Auque en marzo pasado se realizó una desinfección contra las termitas en la Casa de Sarmiento, los insectos doblaron la apuesta: volvieron a invadir el museo y obligaron a las autoridades a tomar nuevas medidas de lucha. Además de hacer una desinfección más profunda, volverán a hacer un pequeño hueco en una de las paredes para ver si encuentran los nidos y logran atacar la plaga. Como consecuencia, hoy y mañana el museo tendrá sus puertas cerradas.

Si bien, el problema de las termitas existe en la casona desde hace más de 30 años, ahora los insectos están dando un golpe duro. En marzo pasado, la casa se desinfectó con garrafas de descarga total, sin embargo, ahora se detectó la presencia de termiteros en los marcos de las puertas y ventanas. Por lo que se está colocando un veneno con inyecciones en ellos y en los rollizos de los techos, según explicó la encargada del museo, Mónica Arturo.

A su vez, los geofísicos que controlan el estado de la construcción antigua detectaron graves anomalías en la pared de adobe que separa la oficina de atención al público con una de las habitaciones. Por eso, mañana se realizará un pequeño hueco en el muro con el fin de introducir una microcámara y observar si hay termiteros en su interior. Esta tarea ya se había realizado en una de las paredes de la habitación en la que durmió el mismo Sarmiento, pero finalmente no hallaron termiteros allí.

Historia sin fin

El problema de las termitas en la Casa de Sarmiento, conformada en su mayoría por madera, adobe, paja y cañas, fue detectado en 1980. Las primeras señales de la presencia de los insectos se observaron en los troncos exteriores del techo. A pesar de las desinfecciones, la plaga continuó. En 1998 la aparición de daños en los zócalos volvió a generar alerta. A partir de ahí, se proyectó una tarea con la inyección de un líquido especial en las maderas que duró 3 años. Cuando pasó ese lapso se estudió cada tronco para ver los resultados y se detectó que, a pesar de la desinfección, la situación de techo era crítica. Por eso, se aconsejó el cierre de la Casa y el museo estuvo cerrado más de 3 meses. Se levantó el revoque, se revisó cada palo y cada caña y se decidió cambiar 27 troncos que estaban en mal estado. Además se colocó gas para eliminar el insecto. El problema quedó controlado, pero no erradicado. Ahora, se realiza 2 desinfecciones anuales en la casona, sin embargo, las termitas siguen teniendo a mal traer a las autoridades del museo.